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ARTÍCULO

Estudios abordan maneras de cocinar menos contaminantes

Agosto 06, 2013


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TITULARES
  • Contaminación del aire al interior de las viviendas causó 3,5 millones de muertes en 2010.
  • Unos 2.800 millones de habitantes del mundo cocinan con combustibles sólidos; el 78% de ellos en zonas rurales.
  • Investigaciones indican que planes de acción deben adaptarse a cada país.

En Guatemala, Honduras y Nicaragua, hacer tortillas sobre un fuego humeante es un modo de vida.  Las mujeres pasan en promedio cuatro horas al día cocinando para sus familias, e inhalando rutinariamente el humo tóxico que proviene de la combustión de la leña y carbón vegetal. Cada año se producen en América Central 37.000 muertes prematuras —en su mayoría de mujeres, pero también de muchos niños— causadas por el aire contaminado en las viviendas. En total, cerca de 20 millones de centroamericanos, poco más de la mitad de la población de la región, usa leña como combustible para cocinar.

Si pasamos de América Central a Asia sudoriental, encontramos el mismo fenómeno en la República Democrática Popular Lao, donde el 96% de la población aún utiliza combustibles sólidos para preparar sus comidas. La falta de aire limpio dentro de las casas constituye  la principal amenaza en materia de salud en el país. Esta situación se mantiene a pesar de que los hogares con electricidad aumentaron del 18% en 1995 al 72% en la actualidad.

En Indonesia, cerca del 40% de la población —unos 25 millones de hogares— emplea biomasa tradicional para cocinar. Nuevamente, el resultado es trágico: 165.000 muertes antes de tiempo al año. 

Esta situación forma parte de un problema mundial, especialmente grave en países de ingreso bajo. Unos 2.800 millones de habitantes del planeta cocinan con biomasa u otros combustibles sólidos; el 78% de ellos en zonas rurales. Todos están expuestos a la contaminación del aire al interior de las viviendas, hecho que en 2010 provocó aproximadamente 3,5 millones de muertes y aumentó significativamente los casos de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y de otros tipos. 

“El humo de un típico fuego de leña equivale a fumar alrededor de 400 cigarrillos por hora”, dijo Kirk Smith, profesor de Salud Ambiental Mundial en la Universidad de California en Berkeley.

La iniciativa Energía Sostenible para Todos, respaldada por el Grupo del Banco Mundial, tiene como objetivo proporcionar métodos de cocinar seguros y modernos antes de fines de 2030, y se estima que esta meta requerirá un incremento de la actual inversión anual de unos US$100 millones a US$4.400 millones.


" El humo de un típico fuego de leña equivale a fumar alrededor de 400 cigarrillos por hora. "
Kirk Smith

Kirk Smith

Profesor de Salud Ambiental Mundial en la Universidad de California en Berkeley

Además del documento de orientación para el sector de la energía (i) del Grupo del Banco Mundial,  que se compromete a “ampliar la participación en soluciones limpias para cocinar y para calefacción”, varias investigaciones recientes analizan el problema de los combustibles domésticos, para el cual no se han encontrado soluciones eficaces durante generaciones. Tres estudios del Grupo del Banco Mundial ¿Qué hemos aprendido sobre la práctica de cocinar con biomasa en los hogares de América Central? (i); Caminos hacia métodos de cocinar menos contaminantes en República Democrática Popular Lao (i) Indonesia: Hacia el acceso universal a cocinas no contaminantes ,(i) apuntan a las causas que han hecho fracasar los esfuerzos anteriores para implementar maneras seguras:

  • Falta de conciencia en los hogares de que el humo de las cocinas provoca enfermedades respiratorias que pueden llevar a una muerte prematura.
  • Fácil disponibilidad y a bajo costo (a menudo gratuita) de leña y otro tipo de biomasa.
  • Carencia de prácticas más seguras y menos contaminantes, como el uso de gas licuado del petróleo, gas natural, biogás y cocinas eficientes que reducen drásticamente los peligros de la combustión de biomasa.  O bien estos métodos no han sido asequibles ni sostenibles.

Un desafío persistente es que las cocinas menos contaminantes  siguen siendo un “problema de las personas pobres”. Cuando los incentivos a corto plazo alientan a los empresarios a tratar de crear un mercado de mejores cocinas, sus intentos a menudo no llegan a buen término. Las cocinas realmente seguras no son asequibles, no se adaptan a las necesidades locales, o no se fabrican a nivel local y, por lo tanto, son difíciles de conseguir.

En cuanto a las soluciones que usan gas, estas pueden funcionar para los habitantes de la ciudad relativamente más acomodados, sin embargo no suelen llegar a las aldeas remotas. Las situaciones varían, pero por lo general esto se debe a que no hay tuberías, los caminos son inadecuados, o no hay suministro de gas ni redes de mercado para venderlo.

Esto tiene que cambiar, plantean los estudios que abordan el problema de los países citados anteriormente: Guatemala, Honduras, Nicaragua, República Democrática Popular Lao e Indonesia. Cada uno de estos documentos describe cómo se pueden eliminar los obstáculos que impiden el cambio. Si bien los impactos de cocinar en el interior de las casas son idénticos en todas partes —enfermedades respiratorias y muertes— el mejor enfoque para resolver el problema puede variar de un lugar a otro, según estos estudios.

“Se necesitan planes de acción específicos para cada país”, dijo Yabei Zhang, autor del estudio de Indonesia, y economista especializado en Energía del Banco Mundial. “Las mujeres usan cocinas inseguras o fuego al aire libre porque están disponibles, son asequibles y se adaptan a los tipos de alimentos que preparan. Para tener éxito, las soluciones en esta materia deben cumplir los mismos criterios”.

Todas las investigaciones resaltan la importancia de desarrollar soluciones basadas en el mercado. Se necesitan incentivos para que los empresarios diseñen, fabriquen y comercialicen cocinas seguras que se adapten al país o la región, elaboradas con materiales de la zona y adaptadas a las prácticas culinarias locales. Los estudios también destacan la necesidad de campañas de sensibilización con el fin de promover métodos de cocinar que usen combustibles no contaminantes.

El desafío consiste en poner en práctica estas lecciones. Expertos en energía doméstica del Grupo del Banco Mundial están colaborando con los países clientes para que las apliquen a través de la Iniciativa de Prácticas de Cocinar no Contaminantes en Asia oriental, así como en América Central. También se está trabajando en África sobre la base de la Iniciativa de Soluciones para Cocinar con Combustibles no Contaminantes de África al sur del Sahara. El Grupo del Banco Mundial también forma parte de la Alianza Mundial de Cocinas Limpias, una asociación público-privada que busca crear un próspero mercado internacional de cocinas y combustibles para el hogar que no contaminen y sean eficientes.


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