¿Cuál es la mejor manera de asegurar que los niños latinoamericanos no mueran innecesariamente?
Esta fue una de las preguntas que barajaron los delegados que se reunieron en Panamá para renovar el compromiso de la región de mejorar la atención infantil y abordar la desigualdad en el acceso.
Al día de hoy, 32 gobiernos de las Américas han firmado el compromiso ‘Una promesa renovada’ de UNICEF. Lanzado en junio del año pasado, este compromiso busca eliminar las muertes infantiles evitables y hacerlo de una manera que asegure un inicio saludable de sus vidas. El objetivo es reducir la mortalidad a nivel mundial de 57 cada 1000 nacimientos vivos en 2010 a 20 cada 1000 para 2035.
Freno a mortalidad infantil
En América Latina y el Caribe el nivel socioeconómico de los padres sigue teniendo un impacto significativo en el futuro de un niño. Si bien la mortalidad infantil se redujo en más de la mitad en los últimos años, los niños de hogares de bajos ingresos tienen cinco veces más probabilidades de morir antes de su quinto año de vida. La mayoría de esas muertes podrían evitarse.
Estos niños son precisamente el foco de atención de programas de salud como el Plan Nacer en Argentina y Qali Warma en Perú. El Plan Nacer brinda servicios de salud básicos a niños y madres embarazadas sin cobertura médica. “Muchas veces se enferma cuando hace frío. Aquí le dan las vacunas que necesita”, explica Josefina Godoy, cuyo hijo está cubierto por el Plan Nacer, que desde 2004 viene beneficiando a más de dos millones de madres y niños.
La nutrición es el foco de una iniciativa conjunta entre el Banco Mundial y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas en Perú. Proporcionando comidas escolares nutritivas a niños de escuelas primarias a partir de los tres años de edad, Qali Warma busca generar el mejor ambiente educativo posible en donde desarrollarse y crecer.