El debate sobre el papel de los medios públicos en Latinoamérica cobró renovado vigor esta semana con un llamado a hacer esos medios verdaderas herramientas de fortalecimiento del pluralismo en los sistemas de medios en consonancia con su misión original de informar, educar y entretener.
Detrás de este nuevo impulso está el prestigio de un gigante de la profesionalización del periodismo: la Universidad de Columbia, Nueva York, que organizó conjuntamente con el Banco Mundial, NPR y Cabot Family Trust, el foro Libertad de Prensa, Estándares de la Prensa y Democracia en América Latina, esta semana en Nueva York.
Allí, expertos internacionales abordaron los principales retos que afronta la región para lograr medios públicos independientes al servicio de todos los ciudadanos.
Los expertos señalaron que el renacimiento de los medios públicos se debe en parte a una respuesta a la concentración mediática característica de la región, y al influjo de la digitalización de la televisión terrestre que abre mayor espectro de banda que puede beneficiar a los canales públicos a nivel local y nacional.
Superada ya la sombra de gobiernos autoritarios el debate se centró en posibles regulaciones para garantizar la información veraz en los medios públicos, en qué formas de financiamiento son más equilibradas y en cómo evitar que la información de estos medios pierda relevancia en el mundo virtual.
"En América Latina se está reflexionando qué lugar deben ocupar los medios públicos en el ecosistema plural de medios que toda sociedad democrática debe construir y alimentar", dijo Sergio Jellinek, gerente de comunicaciones del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
En este sentido, el Banco Mundial, junto con socios como el PNUD, ha llevado a cabo 4 foros regionales para discutir el tema.
Más allá de promover una amplio debate el BM ha puesto e práctica proyectos, a través de asistencia técnica, a través de donaciones en Paraguay, El Salvador, República Dominicana y. Brasil afirmó Jellinek, quien moderó el panel: Medios Públicos independientes en Latinoamérica, ¿por qué no?