El límite de las nieves perpetuas de las laderas de las montañas del Himalaya y andinas continúa acercándose sigilosamente cada año, dejando ver el suelo donde hace 50 años siempre había nieve. Las comunidades aguas abajo de esos picos majestuosos ven ahora que los grandes lagos formados por el deshielo de los glaciares causan inundaciones catastróficas en algunas zonas, mientras que la falta de deshielo conduce a una sequía devastadora en otras.
Al mismo tiempo, 4 millones de personas mueren cada año a causa del humo que inhalan al cocinar con fuego al aire libre y ese hollín también se eleva a la atmósfera y acelera el derretimiento del hielo y la nieve.
La contaminación que producen los fuegos al aire libre y los motores diésel (conocida como carbono negro), y el gas metano liberado por el ganado, los vertederos y las operaciones mineras, son algunos de los contaminantes que los científicos dicen que se deberán reducir rápidamente para proteger el bienestar humano y enfrentar el cambio climático.
Un nuevo informe científico (i) muestra que si se reducen rápidamente los contaminantes climáticos de corta vida (SLCP, por sus siglas en inglés), se podrá desacelerar el calentamiento de regiones críticas cubiertas de nieve y hielo, con múltiples beneficios como resultado.
“Un objetivo de interés mundial”
Los científicos denominan “criosfera” a las cimas nevadas de las montañas, los glaciares, las regiones con permafrost, y otras partes del planeta perpetuamente congeladas. Esas zonas alimentan importantes ríos que proveen agua dulce a cientos de millones de personas, atrapan perjudiciales gases de efecto invernadero, y mantienen los niveles del mar donde deben estar.
El nuevo informe titulado On Thin Ice: How Cutting Pollution can Slow Warming and Save Lives (i) (Sobre una delgada capa de hielo: De qué manera la disminución de la contaminación puede desacelerar el proceso de calentamiento y salvar vidas), que produjo el Banco Mundial conjuntamente con la Iniciativa Internacional para el Clima de la Criosfera (ICCI, por sus siglas en inglés), expone serias advertencias.
Un calentamiento continuo de la criosfera podría provocar un aumento en los niveles del mar que afectaría a más de 100 millones de personas en el mundo. También pondría en peligro los recursos hídricos de los que dependen 1500 millones de personas solo en la región del Himalaya, y la pérdida de suelo congelado (permafrost) que liberaría un 30% más de carbono a la atmósfera en 2100.
“La criosfera está cambiando rápidamente como consecuencia del cambio climático y, si el proceso de calentamiento persiste sin reducción alguna, los riesgos para las sociedades humanas y los ecosistemas sensibles se intensificarán extraordinariamente”, dijo Pam Pearson, directora de la ICCI. “Esto transforma la desaceleración del proceso de calentamiento de la criosfera en un objetivo de interés mundial”.