“Hasta hoy, nunca ha habido un mapa integrado de transporte de la Ciudad de México. Esto significa que el usuario del transporte público se enfrenta a una serie de servicios individuales en vez de un solo sistema”, explica Catalina Ochoa, especialista en Transporte Urbano del Banco Mundial. ESMAP, el programa de asistencia para la gerencia del sector energético, asesoró técnicamente a la autoridad de transporte público de la ciudad para desarrollar la plataforma digital que permitiera la recolección de los datos sobre servicios, paradas y frecuencias, entre otros. Como estándar de esa plataforma se usó el llamado ‘feed’ de transporte público o GTFS, creado por Google y el gobierno de Portland (Oregon, EE.UU), ya que es fácil de mantener y replicar, y además permite a los desarrolladores recoger, almacenar, publicar y actualizar de manera abierta las rutas, frecuencias, paradas y otros datos de distintos modos de transporte.
En el caso del DF, el GTFS tuvo que hacer frente a un desafío adicional: cómo incorporar los datos de un servicio como el de los colectivos (sin itinerario ni paradas claramente establecidas). Esto obligó a desarrollar una versión “adaptada” del estándar para poder recolectar esos datos. La idea es proponer alternativas en cuanto al funcionamiento, la disponibilidad y la integración de los colectivos al resto de la red de transporte público.
Al estar en una plataforma abierta, estos datos pueden ser utilizados por desarrolladores externos para crear sus propias aplicaciones, en las que los usuarios -ya no ficticios, como Marta, sino de carne y hueso- puedan encontrar información confiable y en tiempo real sobre el transporte público en la ciudad y así evitar esperas inútiles en las paradas o estaciones y evitar embotellamientos de tráfico, por ejemplo.
“Estos datos, combinados con los del censo y los del uso del suelo, le dan la posibilidad a los gobiernos locales de consolidar las rutas de transporte público y ajustarse a la oferta y la demanda”, explica Catalina Ochoa.
La especificación GTSF ya ha sido adoptada por 500 agencias de transporte público en todo el mundo. Otras ciudades mexicanas ya está considerando adoptarla también. Con ella las ciudades se ahorran millones de pesos en desarrollo de software y los usuarios tienen acceso a un transporte público mucho más eficiente.
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