Lo Thi Tiep, de 28 años, vive con su esposo y dos hijos en una casa de adobe y techo de paja en la comuna de Bung Lao, ubicada en la provincia de Dien Bien, donde residen miembros de la minoría étnica tailandesa. En ese lugar, más del 70% de los hogares subsiste en condiciones por debajo de la línea de pobreza. Es un índice muy alto en comparación con la tasa de pobreza nacional que llega al 14,2%.
La familia de Tiep tiene una pequeña parcela. Todos los días sale al amanecer para trabajar en los arrozales, pero la productividad es baja porque hay poca agua para regar el campo. Para llegar a fin de mes y poder comprar arroz durante la temporada de escasez, Tiep se desempeña como trabajadora temporal en una granja de café cercana, mientras su esposo labora como albañil. A pesar de trabajar duramente, su familia apenas gana 800 000 dong vietnamitas al mes (equivalentes a US$40).
Sin embargo, desde 2012, cuando Tiep se unió a un grupo de mujeres de la comuna que se dedica a la crianza de cerdos para obtener ingresos adicionales, su vida ha mejorado notablemente.
"Nuestra vida era muy difícil”, dice Tiep. “Ahora, gracias a los cerdos, tenemos un poco de dinero para comprarles ropa a los niños y enviarlos a la escuela”.
Para ayudar a las mujeres del grupo de Tiep a mejorar sus medios de subsistencia criando esto animales, un proyecto del Banco Mundial les otorgó dos pequeños ejemplares a cada una, un poco de alimento para comenzar, y capacitación en materia de saneamiento, alimentación efectiva y prevención de enfermedades. El Segundo Proyecto de Lucha contra la Pobreza en las Montañas del Norte, brinda respaldo a los pobres de las zonas rurales y las minorías étnicas de las áreas más desfavorecidas del noroeste de Viet Nam.
Tiep es reconocida como la mejor criadora de lechones del grupo. En solo un año, después de haber comenzado con dos ejemplares, Tiep ya tiene cinco “cerdos hermosos” (según sus propias palabras), que pueden aportarle 12 millones de dong vietnamitas (casi US$600) en ganancias en cinco meses, cifra que triplica los ingresos de su familia antes de unirse al grupo.
"Estoy muy orgullosa de los cerdos”, dice Tiep mientras los alimenta. “Son activos, están relucientes y crecen bien”.
Tiep y otras integrantes del grupo se reúnen mensualmente para visitar las granjas e intercambiar experiencias sobre la crianza de cerdos. Los agricultores también anuncian la venta de ganado mediante la colocación de carteles en la carretera principal por donde pasan regularmente los comerciantes. Se ayudan mutuamente garantizando que no venderán sus lechones por debajo del precio de mercado.