Bernadette Luc, una madre haitiana de 30 años, se atreve a soñar una vez más. Después de la pesadilla del terremoto de 2010, aún mantenía sus esperanzas de ser propietaria de una casa, formar una familia y abrir un salón de belleza.
Cuatro años han pasado y hoy ella vive con sus dos hijos en una casa nueva en el barrio de Delmas 32, ubicado en el centro de Puerto Príncipe.
Recibió un “paquete de traslado”. Actualmente, Bernadette es una de las 60 000 personas que se han mudado de sus carpas temporales en Pétionville, una comuna donde las lluvias transformaron los suelos rocosos en barro y el calor se volvió insoportable en el verano.
Desde que el terremoto azotó Haití en enero de 2010, más de 1,3 millones de personas han dejado los campamentos y han regresado a vecindarios seguros.
En la actualidad, los angostos callejones de Delmas 32 son totalmente diferentes que hace cuatro años. Las calles están muy concurridas, llenas de vendedores, y cuentan con veredas e iluminación pública.
Aunque esto sea un avance significativo, los residentes todavía enfrentan retos diariamente.
Los servicios básicos son precarios: la luz se corta por varias horas todos los días; la educación y la atención de la salud son insuficientes y muy caras.
Padres y madres como Bernadette invierten mucho dinero al mandar a sus hijos a colegios privados, en los que los maestros están poco cualificados. Antes del terremoto de 2010, cerca de medio millón de niños en Haití no asistía a la escuela, y actualmente cerca de uno de cada cuatro adultos o jóvenes no sabe leer ni escribir. Además, las familias menos favorecidas luchan por cubrir sus gastos médicos ya que el 40% de los haitianos no tiene acceso a asistencia de salud.
Sin embargo, las esperanzas no se pierden en Haití. A pesar de las dificultades, Bernadette cree en un futuro mejor para su familia.
“No quiero que mis hijos crezcan como yo lo hice. Quiero que estudien mucho. Cuando crezcan, me mirarán y me dirán ‘Gracias mamá por ayudarme a ir a la escuela. Sabías que la escuela era nuestro futuro’”.
A medida que el país continúa su reconstrucción, el Gobierno ha lanzado una iniciativa clave para dar acceso universal y gratuito a la educación primaria. También ha comenzado a implementar nuevas políticas de protección social.