A lo largo de su vida Blanca Guido tuvo numerosos empleos -cuidadora de niños, secretaria, empleada de un hotel- pero como nunca hizo contribuciones significativas a un sistema de pensiones, tuvo que trabajar hasta los 70 años.
Cuando por fin decidió que había llegado la hora de jubilarse, realizó los trámites en el gobierno argentino, que sumó una cantidad de dinero a la que le habría tocado recibir en función de sus cotizaciones. Pero si no fuera por el apoyo financiero que le brinda su hija, tendría serias dificultades para llegar a fin de mes.
¿Esta historia te suena conocida?
La situación de Blanca sirve de ejemplo para explicar, por un lado, las mejoras en los sistemas de pensiones en Latinoamérica en los últimos años, pero también refleja una realidad preocupante: de los 50 millones de adultos mayores que existen actualmente en la región, alrededor del 40% no tiene derecho a una pensión, por no haber cotizado a lo largo de su vida laboral.
Si hacemos un breve cálculo encontramos que hoy en día en América Latina hay aproximadamente 290 millones de personas en edad de trabajar. El 55% de ellos, es decir, 160 millones, no contribuyen a ningún sistema de pensiones.
Estos datos, aparte de la curiosidad estadística que suscitan, implican que los latinoamericanos dejan de percibir ingresos cuando llegan a la edad de jubilación y provocan que, en muchas ocasiones, deban seguir trabajando más allá de límites de edad razonables, apelen a sus ahorros o a la bondad de sus familias.
Pero apelar a las familias tiene un impacto económico, sobre todo si son de recursos limitados, que deben dedicar parte de sus ingresos al cuidado de sus ancianos.
¨Una solución a este problema podría ser mejorar la formalidad del mercado de trabajo para que los trabajadores contribuyan regularmente. De todas formas, para solucionar la situación de muchos adultos mayores es necesario pensar en algo que vaya más allá de las pensiones contributivas tradicionales¨, explica Rafael Rofman, experto en pensiones del Banco Mundial y autor del estudio Más allá de las pensiones contributivas en América Latina y el Caribe.
El experto observa que gracias al crecimiento económico de la última década mejoró también la formalidad del empleo, y con ello más personas entraron dentro de los sistemas contributivos: actualmente el 45% de los trabajadores contribuyen a un sistema de pensiones, mientras que hace 15 años representaban el 35%.
Estos vientos a favor de la economía global convencieron a los gobiernos latinoamericanos de la necesidad de establecer reformas en los sistemas de pensiones, y el resultado fue que alrededor de 11 millones de adultos mayores de 65 años que estaban excluidos de los sistemas de pensiones accedieron a algún beneficio.