Bogor, Indonesia, 21 de marzo de 2014. Hace aproximadamente un año, Mimin, una madre de dos hijos, debía turnarse con su marido para ir a un arroyo cercano a su casa, donde obtenían el agua para lavar y bañarse. En tanto que para cocinar y beber tenían que usar agua de un pozo.
“Pero el agua de pozo huele y es cansador ir a buscar agua del arroyo todos los días”, dijo Mimin. “Mi familia usa ahora agua corriente. Es agua limpia y asequible. Nos ha hecho la vida mucho más fácil”, agregó.
Mayor acceso a agua limpia mejora condiciones de vida
La familia de Mimin y muchos hogares del pueblo de Gunung Sari, en Java occidental, tienen ahora más acceso a agua potable gracias al respaldo del Proyecto de abastecimiento de agua y saneamiento en comunidades de ingresos bajos del Banco Mundial, administrado conjuntamente con el Programa de Agua y Saneamiento. (i)
En el marco del proyecto, la comunidad recibió donaciones para distribuir agua de los manantiales de las montañas en el pueblo y creó posteriormente una unidad de gestión del acceso al agua corriente.
En 2008, cuando comenzó el proyecto, el pueblo solo tenía 47 conexiones de agua para servicios sociales, como escuelas y mezquitas, y 10 grifos públicos.
“Después que las personas se dieron cuenta de los beneficios, el comportamiento de los consumidores cambió”, contó Adang Wahidin, jefe de la unidad de gestión. “Las conexiones para instalaciones sociales y grifos públicos se han reducido, en tanto que más personas quieren conexiones domiciliarias directas. De no tener ninguna, pasamos a tener 624 conexiones residenciales”.
Uno de los beneficios del agua corriente es el menor costo para los consumidores.
“Solía pagar 60 000 rupias (US$5,5) cada mes por la compra de agua a los vendedores del pueblo. Ahora solo pago la mitad y el agua es mejor”, dijo Teti de la aldea vecina de Sukamanah.