Un zumbido es la primera señal de alerta, luego, una picadura. Días más tarde, dolor de cabeza, fatiga, fiebre alta y, en los casos más graves, hemorragia nasal.
Más de 2,3 millones de latinoamericanos padecieron estos síntomas en 2013, víctimas del dengue, una cifra récord de afectados que parece indicar el retorno de una enfermedad que hace una década estaba en franco retroceso. Para muestra un botón: en 2004 se habían reportado 267 mil casos y sólo 70 muertes. Hoy, las muertes por dengue son veinte veces más numerosas, de acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
¿Qué suscitó este rebrote?
Para los expertos se trata de una “expansión epidémica” que tiene raíz en la mayor capacidad de reproducción del mosquito transmisor, el Aedes aegypti, (desagradable, en griego antiguo) y de circular en las ciudades latinoamericanas cada vez más pobladas. Esto, a su vez, es resultado de factores externos como las temperaturas más altas y húmedas, y la rápida urbanización de la región, que han causado un desequilibrio en el hábitat del mosquito, de acuerdo al especialista en salud Fernando Lavadenz, del Banco Mundial.
Complican la situación el aumento del tráfico aéreo y terrestre, la mutación del virus, y la poca preparación de los sistemas de salud para responder a tiempo a la enfermedad.
En lo que va del 2014, la región andina reporta el mayor número de casos, con 29,727, seguido por el Cono Sur y luego México y Centroamérica, en un comportamiento similar al de años anteriores en esta primera mitad del año. Sin embargo, países como Nicaragua, donde ya se han registrado 22 muertos, Panamá y Venezuela, han sufrido brotes de la enfermedad aun cuando no comienza la estación de lluvias, la época de mayor circulación del Aedes aegypti.