Aparte de los récords olímpicos de Usain Bolt y los éxitos cosechados por sus grandes genios musicales, Jamaica tiene una marca que, hasta ahora, no ha superado ningún país en la región: prácticamente todos los niños en edad preescolar están matriculados en alguna institución.
Nada menos que el 99% de niños menores de 6 años están inscritos en escuelas ‘básicas’, con lo cual Jamaica registra la tasa de matrícula preescolar más alta de América Latina, muy por arriba del promedio del 73%.
Es un resultado importante, y motivo de orgullo nacional, pero ahora el desafío es convertir ese logro en un futuro mejor para sus ciudadanos más jóvenes, según afirman los expertos.
Con alta prevalencia del desempleo juvenil, crimen, violencia, embarazo adolescente y VIH/SIDA además de tasas de crecimiento económico estancadas, los jóvenes en el Caribe enfrentan riesgos para el futuro en todas las etapas de su juventud.
La educación sigue jugando un papel enorme para prepararles para la vida y darles las habilidades para salir adelante. La evidencia de estudios hechos en Jamaica y otros países de la región es abrumadora:los primeros 1000 días en la vida de una persona son fundamentales para el desarrollo de habilidades y capacidades esenciales para una mejor vida.
Jamaica ha comprobado a lo largo del tiempo y con evidencia numérica sólida que se debe poner el énfasis en los primeros años de vida y no solo en la educación, sino también en otros aspectos.
La Estrategia Nacional de Desarrollo Infantil es la primera de su tipo en la región. En contraste de otros proyectos que se centran en un solo aspecto del desarrollo - la nutrición, la educación, la salud- la estrategia jamaiquina es integral, y sigue el progreso del niño desde la primera consulta prenatal hasta que entra a la escuela primaria.
Para crear el mejor ámbito posible para el niño también es imprescindible la participación de los padres en la educación de los niños, tal como ocurre la escuela básica de St. Martin de Porres en Gordon Town en las afueras de Kingston.
“Soy la representante de su clase,” explica Nasreen Dunchie, cuyo hijo asiste a la escuela. “Vengo unos días cada semana para apoyar a los profesores y ayudo [a mi hijo] en todo lo que puedo.”
Es gracias a este seguimiento en casa que la iniciativa ha tenido tanto éxito. El compartir con todos los padres nuevos las mejores prácticas para estimular el crecimiento de sus hijos, ayuda a cerrar la brecha de desarrollo antes de que entren en el sistema escolar.
“La mayoría de los estudiantes tienen éxito”, explica Joe Perrera, miembro del consejo escolar. “Así que cuando lleguen al 6º grado [el último grado de primaria], tienen mejor desempeño que otros alumnos de otras escuelas asociadas, porque las ventajas que lograron al comenzar se mantienen a lo largo de la primaria”, afirma.