¿Cuál va a ser mi próxima inversión importante? ¿Tendré dinero para las vacaciones de verano? ¿Cómo hago para ahorrar si no tengo empleo? ¿Cuánto gasté la semana pasada? ¿Cuál es mi presupuesto para el mes que viene?
Esas son algunas de las preguntas que cada vez son más importantes para el futuro individual de los latinoamericanos pero también para el desarrollo de los pueblos. La educación financiera es en efecto parte de la agenda latinoamericana en un contexto de bajo crecimiento económico, según proyecciones de los expertos.
De hecho, todos hemos tenido alguna vez un plan financiero (“voy a ahorrar tal cantidad al mes”, “solo voy a gastar el 5% de mi sueldo comiendo fuera” o “a fin de año tendré la cuota inicial para comprarme un auto”), pero muy pocas veces logramos mantenerlo en el tiempo.
Una encuesta realizada recientemente en Colombia y México reveló que hasta el 70% de los encuestados tiene el mismo problema: toman una decisión financiera, pero no la mantienen. Algunos de los interrogados, incluso, ignoraban por completo cuánto habían gastado la semana anterior.
Otro de los problemas que tenemos es que lo que los expertos llaman “horizonte financiero” lo tenemos a muy corto plazo. Como es natural, a la mayoría nos preocupa tener suficiente para llegar a fin de mes, pero sabemos que entonces volveremos a tener un ingreso.
Pero son pocos los que tienen previsto un gasto inesperado (una emergencia médica, pérdida del empleo), o esperable (como el retiro o la educación de los hijos). En la encuesta de la que hablábamos antes, solo 28% tenía algún tipo de ahorro para la vejez.
Naturalmente, la capacidad de prepararse para estos acontecimientos será mayor cuanto más ingreso tenga una persona. Pero los expertos explican que no es el único factor. De hecho, gente de menores ingresos se endeuda, por ejemplo, para el matrimonio de sus hijos, y termina pagando mucho más que si hubiera ahorrado para hacer ese gasto.
“Mi papá no fue a la escuela, pero era muy bueno administrando el dinero: tenía distintos sobres destinados a cada tipo de gasto. De modo que yo aprendí naturalmente de él a manejar el dinero”, dijo uno de los encuestados.
Lamentablemente, no todos tenemos la misma suerte. Varios estudios sobre comportamiento financiero en América Latina señalan que casi ninguno de nosotros tuvo una persona que nos enseñara cosas tan básicas como hacer un presupuesto, calcular una tasa de interés o destinar cantidades determinadas a gastos específicos.
Armar el rompecabezas
Rekha Reddy y Miriam Bruhn, dos expertas en finanzas del Banco Mundial, escribieron una serie de recomendaciones dirigidas especialmente a ayudar a personas comunes y corrientes a administrar mejor su dinero. Estas son algunas de ellas:
- Aprovecha la tecnología:
Si buscas en las apps para tu teléfono móvil, seguramente encontrarás unas cuantas que te ayudan a tener un presupuesto, planificar, determinar cantidades fijas a ciertos gastos, etc. Algunas son más sencillas de usar que otras. Lo ideal es que pruebes varias antes de decidirte por la que mejor se adapta a ti.
Usa los servicios de tu banco. Casi todas las instituciones financieras ofrecen la posibilidad de tener acceso instantáneo a toda la información de tu cuenta. Esto te ayuda a tener una idea más clara del estado de tus finanzas y también a detectar a tiempo cuando hay un error o si has sido víctima de algún fraude con tu tarjeta.
Hay varias páginas de internet que también que ofrecen consejos y recomendaciones para enfrentar ciertas decisiones importantes, como comprar una casa o un automóvil. También online puedes encontrar videos con consejos prácticos para ahorrar.
- Edúcate:
Claro que puedes mirar en una institución formal si dan cursos en manejo de finanzas personales, pero a veces son tan caros que pueden ser un serio revés para tu propósito inicial de gastar menos dinero. Así que si esa no es una opción que quieras considerar, puedes buscar literatura relacionada con el tema, pedirle ayuda a alguien cercano e incluso tratar de aprender en familia.
Esta educación se logra también a través de métodos no tradicionales. En Sudáfrica, por ejemplo, hicieron una telenovela (Scandal) donde los consejos para el manejo del dinero formaban arte de la trama. Tras su emisión, se duplicó el número de solicitudes de préstamos en instituciones formales y bajó considerablemente la cantidad de dinero que gasta la gente en apuestas, por ejemplo.
- Ten un objetivo:
Decíamos antes que uno de los problemas es que nos ponemos objetivos que después no mantenemos. Por eso, hay cada vez más bancos e instituciones financiera desarrollando productos y servicios que sirven para lograr determinados propósitos.
Por ejemplo las cuentas “etiquetadas”. Es decir, cuentas de ahorro que están designadas para un fin concreto (vacaciones, vehículo, graduación, etc.). También hay modalidades como la del auto-envío, en la que la persona se hace una remesa a sí misma, pero en el futuro.
En Perú, por ejemplo, la Caja Municipal de Ahorro y Crédito de Ica creó “rompecabezas financieros”, en los que la imagen final es la de aquello para lo que se está ahorrando. De modo que cada vez que la persona hace un depósito en la cuenta, recibe una pieza que la ayudará a armar el “rompecabezas” final (un auto, vacaciones, educación).