¿Cuál es el avance en materia fiscal en Paraguay? ¿Está el país preparado para futuras turbulencias económicas?
El Banco Mundial presentó en Asunción los resultados del Estudio de Revisión del Gasto Público en Paraguay, reporte que se realiza periódicamente en los países para identificar si su política fiscal ha servido al propósito de reducir la pobreza y generar oportunidades para todos.
Conversamos con Zafer Mustafaoglu, economista principal para Paraguay y líder sectorial del Departamento de Reducción de Pobreza y Política Económica del Banco Mundial, uno de los expertos que trabajó en el estudio.
Pregunta: ¿Cuáles son los principales hallazgos del Estudio?
Respuesta: Lo primero es que el Paraguay ha logrado avances significativos en cuanto a política fiscal en la última década. La consolidación fiscal fue uno de los pilares del programa de estabilización económica que contribuyó a la recuperación económica a partir de 2003. Este programa incluyó un aumento de la recaudación fiscal a través de la aplicación de un paquete de reformas fiscales, así como una significativa racionalización de los gastos. Los ingresos tributarios aumentaron del 8,7% del PIB en 2003 al 12,3% en 2012. El superávit fiscal global alcanzó un promedio del 1% del PIB entre 2004 y 2011, y la deuda pública se redujo del 41% del PIB en 2002 al 12% en 2012. En este contexto, los avances han contribuido a la estabilidad macroeconómica en Paraguay.
P: ¿Cuáles son los desafíos pendientes en Paraguay?
R: El estudio reconoce que tanto los ingresos como los gastos del Gobierno, si bien han venido subiendo en los últimos años, aún son bajos en comparación con las necesidades y con otros países latinoamericanos o de similares características. Esto lógicamente constituye una limitante en la provisión pública de bienes y servicios a la ciudadanía y la consecuente reducción de la pobreza y desigualdad.
Los retos para Paraguay son tres condiciones que debe afrontar: primero un entorno macroeconómico volátil; segundo, recursos fiscales todavía insuficientes; y tercero altos niveles de pobreza y desigualdad.
En primer lugar, mientras que el crecimiento de Paraguay en la última década superó su promedio de las últimas tres décadas, también cobró una mayor volatilidad en los últimos años. Por otra parte, Paraguay es uno de los pocos países latinoamericanos que muestran una tendencia creciente comparando las desviaciones estándar de crecimiento del PIB para estos dos períodos. El aumento de la volatilidad hace que la política fiscal, especialmente la planificación y previsión, sea más difícil.
El segundo gran desafío son los recursos fiscales todavía limitados que restringen el gasto en políticas que fomenten desarrollo social y crecimiento. El ratio de impuestos con relación al PIB de Paraguay es menor que el de cualquier grupo de pares relevante incluyendo países de ingreso medianos o medianos bajos de América Latina. Al mismo tiempo, la participación del gasto social en el PIB también es inferior a la de los países pares y los resultados generales de los servicios sociales están mejorando a un ritmo más lento que en otros países. También, el sistema tributario es regresivo por la alta dependencia de impuestos indirectos y los gastos públicos son pocos progresivos.
En tercer lugar, a pesar de la reducción significativa de la pobreza desde 2003, particularmente en los últimos anos, la incidencia de la pobreza y la desigualdad sigue siendo alta y requiere más mejoras en el futuro.
A la luz de estos tres desafíos, el objetivo de este informe es examinar el grado en que la política fiscal de Paraguay ha contribuido al progreso social en la última década, y puede servir al propósito de reducir aún más la pobreza y mejorar la prosperidad compartida en los años por venir.