Las empresas que nos suministran cada día electricidad, transporte, bienes de consumo, e incluso aparatos electrónicos enfrentan los riesgos que plantea el cambio climático. La mayoría necesita un abastecimiento de agua confiable para los procesos de producción y la obtención de los productos. El clima y las temperaturas extremas pueden perjudicar su productividad y dañar sus cadenas de suministro y activos.
Los líderes empresariales entienden que el cambio climático puede tener un impacto económico real, y que sus actuales modelos de negocios pueden no ser rentables en un planeta 4°C más cálido. También ven que la innovación puede ser una oportunidad para contribuir a un futuro con menos contaminación.
Varias empresas mundiales, como Google, Wal-Mart y Shell, han empezado a usar un “precio sombra” (i) de las emisiones de gases de efecto invernadero en la planificación de sus inversiones para ayudar a evitar riesgos y encontrar oportunidades que permitan aumentar la eficiencia energética y de los recursos, reducir las emisiones, y obtener ventajas competitivas. Sin embargo, un precio interno del carbono usado por líderes participativos no hará avanzar a toda una industria hacia prácticas más eficientes; un precio de las emisiones de carbono a nivel sectorial —o de toda la economía— sí lo hará.
En unos 40 países y más de 20 ciudades, estados y provincias, estas empresas y otras también aplican un precio oficial de las emisiones que se establece o planifica para sectores o economías enteras a través de impuestos sobre el carbono o mercados de carbono. Ese precio del carbono, como se denomina con frecuencia, da una señal económica consistente de que la inversión en crecimiento con bajo nivel de emisiones de carbono puede resultar conveniente para todos.
Los líderes empresariales cada vez más se pronuncian a favor de la ampliación de esas políticas de fijación del precio del carbono.
Más de 250 empresas han manifestado su apoyo a una declaración—promovida por el Grupo del Banco Mundial y algunos asociados, entre ellos el Foro Económico Mundial, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas y el Grupo de Líderes Empresariales que respalda el príncipe de Gales—, en la cual se alienta a los Gobiernos a explorar métodos de fijación del precio del carbono y establecer sus propios precios previsibles del carbono.
Flexibilidad, innovación y eficiencia
El gigante energético GDF Suez considera que la fijación del precio del carbono es una forma eficaz en función de los costos de enfrentar el cambio climático, al permitir que las empresas elijan la manera de reducir sus emisiones. La multinacional, con sede en Francia, opera en unos 70 países de los cinco continentes, algunos de los cuales cuentan con sistemas de fijación del precio del carbono. Como una manera de posicionarse para el futuro, la empresa está desarrollando decididamente recursos energéticos renovables para reducir su huella de carbono, una medida que la ha colocado a la vanguardia del sector.
“En GDF Suez apoyamos la fijación del precio del carbono porque creemos que hay una necesidad de abordar los riesgos relacionados con el cambio climático, y respaldamos las medidas tendientes a la reducción de las emisiones de una manera más rentable. Estamos a favor de los enfoques basados en el mercado y el comercio de emisiones que permite a las empresas la flexibilidad de poder reducir cuándo y dónde tenga más sentido desde el punto de vista comercial”, indicó la compañía al agregar su nombre a la declaración pública que alienta a los Gobiernos de todo el mundo a fijar el precio del carbono.
KDF Energy de Rumania, otra empresa que apoya la mencionada declaración, señaló que “la fijación del precio del carbono mejora la eficiencia de la economía, y es una señal para las inversiones en el crecimiento económico con bajo nivel de emisiones de carbono y capacidad de adaptación”.
La empresa de software Microsoft, que usa precios sombra del carbono, describió beneficios similares de su modelo interno de cuota de carbono. Explicó que el mecanismo interno de fijación del precio proporciona la justificación para priorizar la eficiencia en todos los niveles de la organización. “Nos hemos dado cuenta con el tiempo que cuanto más podamos integrar los objetivos de sostenibilidad en toda la empresa, en mejor posición estaremos para dar respuesta a las cambiantes condiciones económicas, sociales y ambientales. Nuestro modelo de cuota de carbono respalda una cultura de innovación y eficiencia”, dijo Microsoft al Proyecto de Divulgación sobre el Carbono (CDP, por sus siglas en inglés) en un reciente informe (i) sobre la fijación interna del precio del carbono.