“Tener objetivos claros con plazos definidos tiene que ser el primer paso en la transformación de la forma de trabajar”, dijo Kim.
Desde enero, la Unidad de Entrega de la presidencia ha reunido a expertos en la materia de todo el Grupo del Banco para establecer los objetivos y desarrollar el flujo de datos que se necesita para hacer el seguimiento del desempeño. Cada objetivo es específico y tiene un plazo para ayudar a crear un mayor impulso.
“Estos objetivos tienen el propósito de mantenernos enfocados en nuestras metas”, señaló Melanie Walker, asesora superior del presidente Kim y directora de la unidad. “Se trata de cómo adaptamos nuestro Banco y nuestras prácticas, y cómo podemos mejorar nuestros servicios a los clientes, usando los datos que generamos”.
Los datos sobre cada objetivo se automatizan y modifican a medida que son recopilados en forma “diaria, semanal y por hora”, indicó. “Cada vez que se hace clic, se obtiene información actualizada”.
Los objetivos abarcan las operaciones, el financiamiento y las prioridades en materia de “soluciones”, como el cambio climático, la energía, los servicios de asesoramiento del Grupo del Banco y la inclusión financiera. Estos se relacionan con el trabajo de toda la institución, incluyendo el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) y la Corporación Financiera Internacional (IFC), que se dedica al sector privado.
“Hemos tratado de reflejar toda la gama de actividades del Grupo del Banco Mundial, no solo la labor de un equipo, sino todos nuestros esfuerzos como una sola institución”, agregó Walker.
Estos son algunos ejemplos:
Asistencia a los países frágiles y afectados por conflictos
Un objetivo prioritario es aumentar en un 50 % la asistencia para los países pobres y frágiles o afectados por conflictos, que son lugares en los que el Grupo del Banco espera acelerar los avances en los próximos tres años. Este objetivo ya se ha logrado en un 93 %, gracias a una reposición de recursos sin precedentes de US$52 000 millones de la AIF, el fondo del Banco Mundial para los países más pobres, a fines de 2013. Los negociadores acordaron incrementar la asignación de donaciones y otros tipos de asistencia financiera para estos países de 13 % a 20 % a partir del ejercicio de 2015, que comenzó el 1 de julio.
Participación de los ciudadanos
El presidente Kim dijo que el Grupo del Banco “debe escuchar mejor” y se comprometió a recoger las opiniones del 100 % de los beneficiarios de los proyectos de desarrollo. El objetivo requiere incorporar tales comentarios en todos los proyectos; en el ejercicio de 2013 se hizo en el 32 % de los proyectos.
Acceso a la energía
Unos 2500 millones de personas carecen de acceso a la energía. El Grupo del Banco planea respaldar el aumento de unos 10 000 megavatios de nueva capacidad energética para el ejercicio de 2016, que comienza el 1 de julio de 2015.
Elaboración de mapas de los proyectos
El presidente Kim dijo que los asociados y clientes del Grupo del Banco deben saber “dónde trabaja el Grupo del Banco y qué hacemos” con el fin de coordinar mejor los recursos e informar a los asociados. El Grupo del Banco busca añadir valiosos detalles a sus mapas y asignar coordenadas geográficas a todos sus proyectos para 2015.
Movilización de capital
El monto de US$135 000 millones anuales en asistencia oficial para el desarrollo no es suficiente para cubrir las necesidades de infraestructura que experimenta el mundo en desarrollo. Según algunas estimaciones, el déficit de financiamiento es de US$1 billón al año. Las inversiones del sector privado pueden ayudar a eliminar las carencias de financiamiento y también impulsar la actividad empresarial y el crecimiento del empleo en los países en desarrollo. El Grupo del Banco persigue movilizar US$32 000 millones en capital externo para el ejercicio de 2017.
Simplificación de los procesos
Sobre la base de los comentarios de los países en desarrollo, el presidente Kim considera imprescindible reducir las barreras administrativas y el tiempo requerido para la entrega de un proyecto. El objetivo es bajar en un tercio el tiempo de preparación de los proyectos: de 25,4 meses en la actualidad a 19 meses para el ejercicio de 2017.
Los objetivos mismos y la cantidad de ellos podrían cambiar a lo largo del tiempo. Walker dijo que los objetivos de la PDU se adaptarán, según sea necesario, y que la experiencia de establecer metas es un desafío, pero es importante hacerlo.
“Formular objetivos implica equilibrar los deseos con la realidad. La aspiración es tener metas para impulsar el cambio en lugar de crear incentivos perversos que demoren los avances hacia el logro de los dos objetivos fundamentales”, agregó.
“Esperamos que con el tiempo todas las mediciones que hacemos como institución sean digitales y que estén disponibles en tiempo real cuando sea posible”, indicó. “Debemos informar sobre los seguimientos que realizamos y compartir ampliamente las enseñanzas aprendidas”.