El presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, dijo que impulsar la prosperidad compartida para el 40 % de las personas de ingreso más bajo de los países en desarrollo mejorará el nivel de vida de todos los miembros de la sociedad, y no solo de unos pocos afortunados.
“Nuestro objetivo de impulsar la prosperidad compartida se logrará aumentando los ingresos, creando empleos, educando a los niños y ofreciendo a todos acceso a alimentos, agua y atención de la salud,” indicó Kim, durante un discurso con anterioridad a las Reuniones Anuales del Grupo Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) frente a una audiencia compuesta por alumnos y docentes de la Universidad de Howard. “Al hacer esto, lograremos aumentar nuestra riqueza y volvernos más humanos”.
El presidente enfatizó en la necesidad de ayudar a los países de ingreso bajo a hacer crecer sus economías. Tan solo en los últimos cuatro años, las altas tasas de crecimiento de China (i) e India (i) han posibilitado que 233 millones de personas dejaran de vivir en la pobreza.
Pero los pobres de estos países deben poder participar de los beneficios de ese crecimiento, agregó. Kim citó un reciente informe de Oxfam International que señala que la fortuna combinada de las 85 personas más adineradas del mundo equivale a lo que poseen los 3600 millones de personas más pobres del mundo.
“La prosperidad compartida es parte de los objetivos principales del Banco simplemente porque es necesaria para poner fin a la pobreza”, dijo Kim. “Con tantos africanos, así como asiáticos y latinoamericanos, en situación de pobreza extrema, esta situación es una mácula en nuestra conciencia colectiva”.
El presidente señaló que la epidemia de ébola en África occidental demuestra la importancia de abordar la desigualdad. “Esta pandemia muestra el costo letal de la desigualdad en el acceso a los servicios básicos y las consecuencias de nuestro fracaso en la resolución de este problema”, dijo Kim.