¿Cuándo fue la última vez que te diste un chapuzón en un río de tu país? Posiblemente nunca, ya que no es una experiencia muy placentera: el 70% de las aguas residuales de la región no son tratadas y van a parar en los ríos.
Y por si eso fuera poco, ¿cuántas veces, después de una fuerte lluvia, te ha tocado sortear charcos de los desagües desbordados o caminar por calles de pestilentes aguas sucias? No sólo es una incomodidad para el transeúnte: representa un grave problema de salud y para el medioambiente.
Pero según los expertos, esto tiene solución. Una que puede convertirse en una gran oportunidad para las empresas: las tecnologías consideradas “limpias”, en especial las de tratamiento de aguas residuales disponibles que tienen un mercado grande a su alcance.
Para ser precisos, representa una oportunidad de 160.000 millones de dólares para las pequeñas y medianas empresas en los próximos 10 años en la región, según un reciente estudio (inglés) sobre oportunidades de negocio en tecnologías limpias. También es una buena noticia desde el punto de vista del empleo: un 67% de los trabajadores latinoamericanos tienen empleo en las Pymes, que a su vez representan el 99% del total de firmas en la región, según la OCDE.
“Nuestra investigación ha identificado las aguas residuales como, de lejos, la oportunidad más grande de mercado en América Latina y el Caribe de las tecnologías limpias que estudiamos,” asegura Michael Ehst, especialista de incubación de negocios en el Banco Mundial. “La falta de infraestructura básica en muchos lugares impulsa este mercado y la ventaja es un ambiente más limpio y de más resiliencia frente a la falta de agua y las restricciones de recursos”, afirma.
Para las pequeñas y medianas empresas hay oportunidades de “nicho”, explica el experto. Las sustancias químicas, los filtros y otros insumos que se necesitan en el proceso de limpiar el agua son todas áreas de innovación y oportunidades para las empresas.
Muchos países de América Latina, como Brasil o Perú, ya hacen inversiones importantes en el tratamiento de aguas residuales. En Argentina, por ejemplo, se busca limitar la descarga directa de residuos cloacales en el Río Matanza-Riachuelo, con la construcción de un gran tubo colector que conducirá las aguas sucias a plantas de tratamiento. En Colombia, se está limpiando y ampliando el Río Bogotá y se está fortaleciendo la capacidad de una planta de tratamiento de aguas residuales con el fin de mejorar la seguridad y el ambiente de los habitantes.
Tecnologías limpias, un mercado en crecimiento
Otras tecnologías consideradas limpias en la región también prometen oportunidades de negocio en los próximos 10 años a gran escala para las pequeñas y medianas empresas: el estudio menciona a la bioenergía (la energía producida con los desechos animales o agrícolas) cuyo mercado para estas empresas se estima en 40.000 millones de dólares, o al mercado de la energía eólica que representaría alrededor de 30.000 millones de dólares para ellas.
Francisco Treviño Priante, quien tiene una granja de cerdos en México, es un ejemplo de lo que se puede hacer en bioenergía: con un biodigestor, almacena los gases que se desprenden de los excrementos de los animales y los transforma en energía que utiliza para su maquinaria.
Dice sentirse más confiado ahora que hace unos años: “Sentimos que un factor preponderante que ha influido en el aumento de la confianza que tenemos en este momento, ha sido el control ambiental, el control de impactos ambientales”, explica Treviño, “¿Por qué? Porque eso es lo que le va, al final del día, a dar sustentabilidad al proyecto.”
Sin embargo, el negocio de tecnología limpia tiene sus desafíos, en especial a la hora de arrancar.
“Muchas veces los negocios de tecnología limpia tienen requisitos de capital inicial, periodos de recuperación más largos para los inversionistas y una dependencia más fuerte de la política del Gobierno que en otros sectores de tecnología”, dice Ehst. Por eso, continúa, necesitan más apoyo al inicio de su crecimiento para enfrentar el tiempo más largo que requieren para ser rentables.
Lo que sí es que hay muchas oportunidades. En 2012, las inversiones en tecnología limpia crecieron un 19% en los países en desarrollo, mientras que las inversiones a nivel global han disminuido en un 12%, lo que sugiere que las inversiones se están dirigiendo cada vez más a países en desarrollo, según el estudio.
“Los países en desarrollo representan un mercado aún no explotado para una gama de tecnologías limpias maduras como energías renovables o el manejo de la basura y del agua,” explica Michael Ehst.
En América Latina, las inversiones en tecnología limpia han crecido exponencialmente: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)reporta que las inversiones en 2012 han crecido en un 450% en México, en un 431% en la República Dominicana, un 327% en Uruguay y un 325% en el Perú.