En la entrada de la Escuela de Tiempo Completo 375 de Santa Catalina, la sonrisa de los niños vale más que mil palabras y cualquier cifra. Es que no se trata de una escuela cualquiera. Ubicada en uno de los barrios más desfavorecidos de Montevideo, su moderna estructura, con pasillos luminosos y pulcros, amplios salones y áreas verdes la convierten en un lugar atractivo donde a los chicos no les molesta pasar gran parte de su día.
“Es el lugar más lindo que conozco”, afirma Diego, que con 11 años asegura que gracias a eso “me encanta venir a la Escuela”. Lo mismo dicen los padres, que aseguran que la Escuela significó un gran cambio para el barrio. Paola, una joven madre que llegaba ese día con sus dos hijos de la mano, diceo que “sueño con que mis hijos tengan las oportunidades que yo no tuve y traerlos a esta escuela alimenta esa ilusión”.
¿Y qué tiene en común la 375 con la 92 de Bella Unión, Artigas, y la 40 de la ciudad de Artigas? Que las tres participaron del concurso a “Mejor Obra Realizada 2002 – 2014” de la Sociedad Uruguaya de Arquitectos.
Otro punto en común es que las tres ETC seleccionadas en el concurso tienen la característica de estar ubicadas en contextos críticos. “Son de calidad justamente para dar la dignidad que se merecen a esos barrios, que son muy carenciados, de gente de niveles socioeconómicos bajos”, explica el arquitecto Pedro Barrán, uno de los responsables de llevar adelante el proyecto,
“La igualdad de oportunidades empieza por una Escuela que desde el punto de vista arquitectónico no tenga nada que envidiarle a los mejores centros educativos del país”, agrega.
Consultado por las palabras de Diego, Barrán asegura que “eso no solo habla bien de nuestro edificio, sino probablemente muy mal de lo que conoce ese niño, que vive en un contexto complicado, y probablemente no haya salido mucho del mismo”.
“A veces pasan cosas insólitas como que en su casa el niño no tiene un baño formal, piso o agua corriente. Esas cosas que a nosotros nos parecen naturales las encuentran en la escuela. Lo mismo, por ejemplo, pasa con estar en un primer piso: la mayoría vive en casa muy precarias que solo tienen planta baja. Subir una escalera, balconear y mirar hacia abajo son experiencias nuevas para ellos”, explica.
¿Qué son las ETC?
Las Escuelas de Tiempo Completo, incorporan la variable “tiempo” a la hora de analizar el proceso de enseñanza y aprendizaje, y las iniciativas para mejorar los resultados educativos se asocian cada vez más con la extensión de la jornada.
La escuela pública uruguaya, una institución con una larga y prestigiosa trayectoria, afronta el desafío de dar respuestas educativas adecuadas a las situaciones sociales de cada época. A principios del siglo XX fue la creación de ‘Escuelas al Aire Libre’, pensadas para niños tuberculosos o hijos de tuberculosos. A mediados del siglo XX, cuando la pobreza más crítica se concentraba en los rancheríos rurales la respuesta pedagógica fue modificar los Programas con un horario extendido y proporcionando desayuno y merienda.
Hoy las Escuelas de Tiempo Completo recogen esta tradición con el objetivo de enfrentar los retos actuales: una sociedad fragmentada que se disgrega territorialmente y genera escuelas menos integradoras, porque reflejan el lugar donde se encuentran.
Según los expertos, la ETC se constituye en un ambiente capaz de mitigar algunas de las vivencias negativas del entorno social y territorial de los niños en situación de pobreza aproximándose a mejorar las condiciones de equidad. Su diferencia va más allá de la extensión del horario, abarcando una amplia gama de situaciones y experiencias educativas como respuesta a las características y necesidades de la población escolar a la que va dirigida.
El colectivo de maestros decide sobre su proyecto pedagógico e institucional y por tanto sobre la organización de la jornada, teniendo en cuenta que el 75% del tiempo diario constituyan actividades de trabajo, en aula o taller, y el 25% restante en alimentación y recreos.
En la actualidad, hay un total de 193 Escuelas de Tiempo Completo beneficiando a 43.633 alumnos (13% de la matrícula urbana). Hay otras 10 obras en ejecución, y 6 más en procesos de adjudicación y licitación. El año que viene el objetivo es llegar a 50 mil beneficiarios.