Joseph Woaly está sentado frente a un escritorio en medio de la sala de clases. Ha supervisado a los estudiantes por más de siete años en la escuela primaria La Ruche Enchantée en Haití. Niños pequeños vestidos con uniformes rosados, niñas con cintas del mismo color en sus oscuros pelos trenzados pasan a su lado sonriendo. Hace años, su sueño era que sus hijos estudiaran en la misma escuela debido a sus buenos resultados. Al ponerse en marcha un programa de exención del pago de matrícula, todos los alumnos de la escuela fueron matriculados gradualmente, incluyendo sus cinco niños. Su hijo mayor, Woade, tiene 10 años y quiere ser oftalmólogo.
“Es mi deber enviar a mis hijos a la escuela”, dice, sonriendo, cuando se le pregunta de qué manera lo hubiera hecho sin la ayuda del mencionado programa. No sabe cómo habría pagado el costo de la matrícula.
En América Latina, unos 3 millones de niños no asisten a la escuela. En Haití, los padres gastan en promedio US$130 al año para enviar a sus hijos a la escuela y más de 200 000 niños no están escolarizados. Sin embargo, las tasas de matrícula han aumentado en los últimos años. Un nuevo estudio del Banco Mundial examina el impacto que tuvo un programa de exención del pago de matrícula en el país. Hay cuatro hechos importantes acerca de la educación en Haití:
1. Casi todas las escuelas en Haití son administradas de manera privada
A comienzos de la década de 2000, casi el 90 % de las escuelas eran privadas. Son muy diversas y están a cargo de entidades religiosas, organizaciones no gubernamentales, o instituciones con fines de lucro.
“Si hubiera encontrado el mismo tipo de oportunidad en una escuela pública, hubiera trabajado allí”, dice Innocent Samuel, un maestro de tercer grado. Hay pocos puestos de trabajo en las escuelas públicas y los salarios tienden a ser más bajos en las escuelas privadas.
2. La mayoría de las escuelas cobran derechos de matrícula, una barrera para muchos
Al ser de propiedad privada, estas escuelas generalmente cobran derechos de matrícula. Debido al costo del transporte y los libros, así como de la obligatoriedad del uso de uniforme, es muy difícil para los haitianos educar a sus hijos.
En la escuela La Ruche Enchantée, situada en un barrio pobre de Puerto Príncipe, los derechos de matrícula oscilan entre US$127 para el primer grado y US$180 para el sexto grado.
“Antes del programa de exención del pago de matrícula, era difícil para los padres pagarla”, explica Joelle Dalphe, que fundó la escuela junto a su hermana en 1994. “Nunca cancelaban el costo total de la inscripción”.
Por ello, el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo del Caribe prestaron apoyo financiero y técnico para un programa de exención del pago de matrícula, que se puso en marcha en 2007. Las escuelas que cumplían con las condiciones, como un permiso oficial del Gobierno, recibieron US$90 por estudiante al año. Este monto era superior a los derechos de matrícula estimados para que también se pudieran proporcionar otros materiales escolares. La iniciativa cubre a niños de entre 6 años y 8 años de edad, que comienzan la escuela primaria.
3. Las tasas de matrícula han aumentado del 78 % al 90 %
El estudio del Banco Mundial indica que, cuando una escuela ha participado en el programa de exención del pago de matrícula, más estudiantes han sido inscritos y la escuela también ha contratado más personal. Otros gastos escolares, como el uniforme, se mantienen, pero hay menos presión financiera sobre las familias.
Joelle tuvo que tener un trabajo adicional solo para mantener las finanzas a flote. Ahora que existe el programa de exención del pago de matrícula, puede laborar a tiempo completo en la escuela.
4. La exención del pago de matrícula puede ayudar a los niños a estar en un grado que sea apropiado para su edad
En 2003, la edad promedio de los estudiantes de sexto grado era de 16 años, aunque debería haber sido de 11 o 12 años. Debido al alto costo, las familias pobres envían a sus hijos a la escuela solo durante meses o años cuando pueden financiarlo. Como consecuencia, varios niños pierden años de escolaridad y son demasiado grandes para su grado cuando regresan.
El estudio comprobó que en las escuelas que participaron en el programa de exención del pago de matrícula más niños estaban en un grado apropiado para su edad.
“Terminé la escuela primaria a los 17 años y la escuela secundaria a los 25 años”, dice Joseph Woaly. “Cuando los padres no tienen que pagar cuotas mensuales o trimestrales, los niños pueden avanzar mucho más rápido”.
El financiamiento público de las escuelas privadas tiene sentido en Haití y otros países en situaciones similares. El informe señala que el éxito del programa respalda la idea de que el financiamiento público de los servicios privados es una estrategia factible y prometedora para llegar a los menores que se encuentran fuera del sistema. Es un buen presagio para lograr que una mayor cantidad de niños asistan a la escuela a tiempo y se gradúen en un plazo apropiado.