Unas 120 000 personas que viven en y alrededor de Erfoud, Missour y Zagora, tres ciudades remotas ubicadas a los pies de la cordillera del Atlas, tendrán un suministro más confiable de energía cuando avance un proyecto de instalación de plantas de energía solar fotovoltaica (PV, por sus siglas en inglés) en los tramos del desierto pedregoso que las rodea. La tensión en esta región, situada lejos de las principales centrales eléctricas de Marruecos en las costas del Atlántico y el Mediterráneo, es con frecuencia tan baja e inestable que las bombillas iluminan a media luz, las pantallas de las computadoras parpadean, y los equipos de los hospitales no funcionan apropiadamente. Este nuevo suministro de energía limpia podrá agregar capacidad de generación, evitando al mismo tiempo fuertes caídas en la tensión y cortes de luz.
Estas serán las primeras plantas de energía solar fotovoltaica descentralizadas de tamaño mediano que existirán en Marruecos. Los módulos solares fotovoltaicos transforman la irradiación del sol en corriente continua de energía eléctrica. Aunque su instalación es más barata que la de las plantas de energía solar concentrada (CSP, por sus siglas en inglés), las opciones de almacenamiento de energía solar PV son mucho más caras. Por lo tanto, a nivel de las empresas de servicios públicos, las plantas fotovoltaicas no almacenan generalmente energía para más adelante, por ejemplo, para el uso en la noche o en días nublados. Así que debido a la manera en que funciona, y por el corto tiempo que existe entre la generación y la distribución de la electricidad que genera, la energía solar PV es usada con mayor frecuencia para producir energía cerca de los lugares donde se necesita.
A nivel mundial, en términos de capacidad instalada, la energía solar PV es en la actualidad la tercera fuente más importante de energía renovable, después de la energía hidroeléctrica (agua) (i) y la energía eólica. Sin embargo, Marruecos tiene solo 20 megavatios (MW) de energía solar en funcionamiento que provienen de una planta híbrida en Ain Beni Mathar en Marruecos oriental, la que combina energía solar y gas natural. Además, una planta de 160 MW de CSP está en una etapa avanzada de construcción, y se está terminando otro proyecto para una planta de 350 MW de CSP. Estos proyectos de CSP han sido financiados por el Banco Mundial, en colaboración con el Fondo Mundial para el Medio Ambiente para la planta híbrida de Ain Beni Mathar, y con el Fondo para una Tecnología Limpia para las dos plantas de CSP.
Además de la CSP, la empresa estatal de agua y electricidad de Marruecos —la Office National de l’Electricite et de l’Eau Potable (ONEE)—, se ha comprometido a instalar 400 MW de energía solar PV como parte de su objetivo nacional de generar 2000 MW de energía renovable para 2020. El proyecto de energía solar PV en curso, también financiado por el Banco Mundial, contribuirá con 75 MW.