Si bien podría pensarse que lo que menos preocupa actualmente en la región de Oriente Medio y Norte de África es la inversión en escuelas de nivel preescolar y en cuidado infantil, nuevos datos sugieren que, en realidad, ello debería constituir una prioridad. Diferentes estudios muestran que lo que les sucede a los niños en los primeros años —en el plano físico, psicológico y emocional— determina los resultados que obtendrán en sus vidas. Esto es, incide en las posibilidades que tienen de progresar en la escuela y conseguir empleo, ganarse la vida decentemente y, a su vez, generar las condiciones (sociales y económicas) para criar a sus propios hijos. La inversión en la primera infancia proporciona importantes beneficios no solo a las personas, sino también a las sociedades. Cuando no se invierte en el desarrollo en la primera infancia, se produce el efecto contrario y la pobreza se transmite de una generación a otra.
Aun así, los niveles de inversión pública en la primera infancia de la región de Oriente Medio y Norte de África se encuentran entre los más bajos del mundo; en 2011, la tasa de matriculación en la educación preescolar era de un 27 %, la mitad del promedio mundial. Alrededor de uno de cada 40 niños muere durante el primer año de vida, a menudo de enfermedades prevenibles. La malnutrición retrasa el crecimiento de aproximadamente el 18 % —casi un quinto— de los niños, afectándolos tanto cognitiva como físicamente. Los niños que padecen malnutrición suelen tener dificultades para aprender, por lo que se encuentran en permanente desventaja en la escuela y en las etapas posteriores de la vida. Dentro de 25 años, un quinto de la fuerza de trabajo de la región probablemente sea menos productivo de lo que podría haber sido si hoy en día se implementaran más programas para mejorar la nutrición y el cuidado de los niños.
Hasta el momento, el nivel de información e investigación sobre el desarrollo en la primera infancia en la región de Oriente Medio y Norte de África ha sido escaso. Un nuevo informe del Banco Mundial, Expanding Opportunities for the Next Generation: Early Childhood in the Middle East and North Africa (Mejorar las oportunidades para la próxima generación: La primera infancia en Oriente Medio y Norte de África) (i) constituye un intento por remediar esta situación. En él se reúnen investigaciones y datos de 12 países y territorios de la región: se proporciona información pertinente sobre el desarrollo en la primera infancia desde varias perspectivas y cifras de referencia basadas en los últimos datos disponibles a los que los Gobiernos y las organizaciones pueden recurrir mientras planifican el futuro.
El patrón predominante es que muchos países obtienen, al mismo tiempo, resultados satisfactorios en algunos aspectos del desarrollo en la primera infancia y deficientes en otros. En el Líbano, por ejemplo, el 95 % de las madres recibe atención médica prenatal, pero solo el 51 % de los niños está debidamente vacunado al cumplir el primer año de vida. Por otra parte, en 2007, antes del conflicto en Libia, la mayoría de los nacimientos (99 %) en este país eran atendidos por personal capacitado, pero apenas más de la mitad de los niños (52 %) vivía en hogares que usaban sal yodada, vital para el desarrollo cerebral, y un número mucho menor de ellos (9 %) había accedido a la educación básica o recibido cuidados profesionales.