¿Qué tienen en común Sierra Leona, Liberia y Côte d'Ivoire? Los tres son países de África occidental que han superado guerras civiles y grandes conflictos, ofreciendo enseñanzas sobre cómo fortalecer la capacidad de recuperación.
El reciente brote de ébola representó un trágico recordatorio de las consecuencias a largo plazo de los problemas en esta subregión, pero en general África occidental ha tenido menos víctimas a causa de los conflictos en los últimos 60 años que cualquier otra parte de África al sur del Sahara.
Además del papel decisivo que cumple un liderazgo fuerte, las experiencias de África occidental ponen de relieve la importancia de las organizaciones de desarrollo para ayudar a reconstruir las instituciones y abordar las reclamaciones después de un conflicto o agitación política.
“Es más importante que nunca que los Gobiernos y sus asociados en la tarea del desarrollo extraigan enseñanzas sobre la dinámica de la capacidad para recuperarse de la violencia y el conflicto a partir de las experiencias de los países de África occidental”, dijo Alexandre Marc, especialista técnico en jefe de Fragilidad, Conflicto y Violencia del Banco Mundial.
Con el fin de apoyar estos esfuerzos, un nuevo estudio titulado “The Challenge of Stability and Security in West Africa” (El desafío de la estabilidad y la seguridad en África occidental) describe las lecciones aprendidas y analiza los motivos de los conflictos y la violencia para hacer recomendaciones sobre cómo mejorar la manera en que los asociados en la tarea del desarrollo pueden apoyar la estabilidad.
El documento llega en un momento crucial para África occidental. En las últimas décadas, la subregión ha realizado avances en la consolidación de la democracia, el crecimiento económico y la cooperación regional, contando con algunos de los países más estables de África. Pero el progreso futuro podría verse afectado a menos que las políticas de desarrollo jueguen un importante rol en el fomento de la estabilidad.
Según el estudio, si bien los conflictos y las guerras en gran escala han disminuido en África occidental, una serie de nuevas amenazas ha surgido en los últimos años, como el tráfico de drogas, la piratería marítima y el extremismo, lo que sugiere que la naturaleza de la violencia está cambiando.
Por ejemplo, los avances en la democratización que comenzó en la década de 1990 han permitido la transferencia del poder a través de procesos electorales y no de golpes militares. Sin embargo, esto también ha dado lugar a un aumento de la violencia relacionada con las elecciones, acelerado por una mayor competencia política entre los grupos étnicos o religiosos. Los países de la región están colaborando para hacer frente a este desafío, y este trabajo conjunto incluye esfuerzos de las organizaciones de la sociedad civil para enviar observadores a las votaciones y desarrollar una guía acerca de modos de manejar las disputas electorales.