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ARTÍCULO

Poner fin a la pobreza en un África en crecimiento

Octubre 16, 2015


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Students line up to wash their hands before eating at Kanda Estate Primary School in Accra, Ghana. Many children in the country depend on the hot meal given to students in most of Ghana’s government-funded primary schools. © Dominic Chavez/World Bank


TITULARES
  • La tasa de extrema pobreza de África disminuyó del 56 % en 1990 al 43 % en 2012. Sin embargo, debido al aumento de la población, se estima que 63 millones de personas más que en 1990 viven en esa situación en la región.
  • Un nuevo informe del Banco Mundial titulado “Poverty in a Rising Africa” señala que estas cifras no reflejan toda la historia de una región que ha experimentado un fuerte crecimiento económico en las últimas décadas y ha logrado enormes avances pese a los desafíos.
  • El presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, visita Ghana para destacar lo logrado por el país en la lucha contra la pobreza, en vísperas del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que se conmemora el 17 de octubre.

La espectacular disminución de la pobreza mundial en las últimas dos décadas ha sido calificada como “la mejor noticia del mundo en la actualidad” por el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim. Pero en África al sur del Sahara, el panorama no es uniforme.

Las estimaciones del Banco Mundial muestran que la tasa de extrema pobreza bajó en la región del 56 % en 1990 al 43 % en 2012. Sin embargo, la población del continente aumentó a un ritmo muy rápido, de manera que en realidad hay más personas –unos 63 millones de habitantes adicionales– en África hoy que en 1990 viviendo en dicha situación, debido a que el crecimiento demográfico superó las notables fuerzas económicas y sociales que reducen la pobreza extrema.

Un nuevo informe del Banco Mundial titulado “Poverty in a Rising Africa” (“La pobreza en un África en crecimiento”) señala que estas cifras no reflejan toda la historia de una región que ha experimentado un fuerte crecimiento económico en las últimas décadas y ha logrado enormes avances pese a los desafíos. El documento se centra en la calidad de los datos para realizar el seguimiento del bienestar, llegando a la conclusión que la pobreza podría haber caído incluso por debajo del 43 % en 2011, si se tuviera en cuenta la calidad y la comparabilidad de los datos.

Los datos son escasos e incongruentes en toda la región y en el mundo: 21 países de África (i) no tenían al menos dos encuestas para poder hacer un seguimiento de la pobreza. Es una situación que debe cambiar para mejorar la capacidad del mundo de acabar con la pobreza extrema a más tardar en 2030, dijo Kim, al poner en marcha una nueva iniciativa para aumentar la recopilación de datos en los 78 países más pobres del mundo.

El Grupo Banco Mundial anunció el 4 de octubre que, por primera vez, según sus pronósticos, el número de personas que viven en situación de pobreza extrema bajará a menos del 10 % de la población mundial en 2015, de unos 900 millones de personas en 2012 a unos 700 millones en 2015. La noticia fortalece los esfuerzos del Grupo Banco Mundial y sus 188 países miembros en pos de poner fin de manera efectiva a la pobreza extrema antes de finales de 2030.

“No lograremos alcanzar nuestra meta a menos que contemos con datos que muestren si las personas realmente están saliendo de su situación de pobreza o no. Recopilar datos adecuados es una de las herramientas más poderosas para poner fin a la pobreza extrema”, señaló Kim, antes de visitar Ghana (i) para destacar los logros de ese país en la lucha contra la pobreza, justo antes de la conmemoración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, el 17 de octubre.

Las personas aún viven sin agua corriente, retretes, electricidad y alimentos suficientes, incluso en los alrededores de una de las ciudades más modernas y prósperas de África como Accra en Ghana. Pero aquí, como en muchos lugares de África, están surgiendo sistemas de protección social para ayudar a las personas más pobres a enfrentar la situación.

Sarah Cofie, de 48 años, y su madre de 84 años, reciben pagos bimestrales en efectivo del programa nacional para ayudar a los habitantes más vulnerables del país, es decir los ancianos, las madres solteras y las personas con discapacidades. Esto alcanza justo para que una familia de siete integrantes coma tres comidas diarias y para que Cofie establezca un micronegocio de venta de artículos en un carro ubicado en el frente de su casa.


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Sarah Cofie, de 48 años, y su madre de 84 años, reciben pagos bimestrales en efectivo del programa nacional para ayudar a los habitantes más vulnerables del país. © Dominic Chavez/Banco Mundial


" No lograremos alcanzar nuestra meta a menos que contemos con datos que muestren si las personas realmente están saliendo de su situación de pobreza o no. Recopilar datos adecuados es una de las herramientas más poderosas para poner fin a la pobreza extrema. "
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Jim Yong Kim

Presidente del Grupo Banco Mundial

En la empobrecida región del norte del país, los niños pequeños a menudo asisten a la escuela con sus hermanos mayores para recibir la comida caliente que se les da a los estudiantes en la mayoría de los establecimientos de educación primaria financiados por el Gobierno ghanés, según Victoria Kuma-Mintah, coordinadora nacional adjunta del Programa de Alimentación Escolar.

En Ghana, un país de ingreso mediano bajo con una población de unos 26 millones de personas, la pobreza bajó del 53 % en 1991 al 21 % en 2012. Es una de las pocas naciones africanas que alcanzó el objetivo de desarrollo del milenio de reducir a la mitad la pobreza extrema a más tardar en 2015. Hoy en día, en Ghana, alrededor de 2,2 millones de personas son extremadamente pobres, y viven con menos de US$1,90 al día.

Unos pocos países de África pueden comparar sus éxitos con los de Ghana en cuanto al mejoramiento del acceso a la energía y la educación, y la reducción de la pobreza y la malnutrición, dijo Vasco Molini, economista superior del Departamento de Prácticas Mundiales de Reducción de la Pobreza del Grupo Banco Mundial. Los logros de Ghana son “realmente notables”, señaló. “No son solo un episodio, sino una tendencia a largo plazo”. Algunos datos indican que:

  • La fertilidad –el número de hijos que una mujer da a luz durante su vida– ha disminuido de 6 a 4 niños en Ghana.
  • La cantidad de niños que presenta “retraso del crecimiento” –un peso o una talla inferior a la norma– se redujo del 28 % en 2008 al 19 % en 2014.
  • Aproximadamente, el 75 % del país está conectado a la red eléctrica nacional. Para poner este dato en perspectiva: solo 1 de cada 3 habitantes de la región tiene acceso a la electricidad.

Ghana también cuenta con algunos de los mejores datos en África, ya desde 1991 se han realizado cuatro encuestas nacionales de hogares, dijo Kathleen Beegle, autora principal del informe “Rising Africa”.

Nat Amarteifio, quien fue alcalde de Accra entre 1994 y 1998, contó que fue testigo del nacimiento de una nueva Ghana durante su mandato, que comenzó con la privatización de la radio. Las radioemisoras pronto proliferaron y los ciudadanos tuvieron la oportunidad de alzar sus voces acerca de la calidad de los servicios de la ciudad, y la falta de ellos.

“Esto marcó una gran diferencia en cómo gobernábamos la ciudad. Tuvimos que volvernos más inclusivos”, manifestó Amarteifio.

No obstante, aún quedan muchos desafíos.

Uno de los más acuciantes es la falta de energía eléctrica constante y confiable. “Dum-sor” es una expresión popular para referirse a los cortes habituales de energía en el país. Los apagones tienen un impacto tangible en los resultados de las empresas en Ghana, un tema preocupante para un país que está trabajando para lograr una economía moderna.

“Nunca sabemos cuántas veces se cortará la electricidad”, dijo Nora Bannerman-Abbott, dueña de Sleek Garments en Accra. “Nunca hay ninguna advertencia, y estamos tratando de competir en los mercados internacionales”.

En los últimos nueve meses, Blue Skies –una popular firma de frutas frescas situada en las afueras de Accra– ha incurrido en gastos superiores a los 1,25 millones de cedis (US$330 000) para hacer funcionar generadores diésel durante los cortes de energía.

Este es un desafío que enfrentan las empresas manufactureras de la región, que sufren cortes de energía con frecuencia. Los países de África al sur del Sahara pierden el 2,1 % del producto interno bruto (PIB) solo a causa de los apagones.

Esto afecta además a los jóvenes que se están esforzando por convertirse en la próxima generación de innovadores y emprendedores. “Estudiar es difícil con poca luz”, dijo Nana Ama Koffiah Commey, de 20 años, que estudia en la Universidad de Ghana.

A pesar de los desafíos, Ghana lleva la delantera en la región en cuanto al aumento del acceso a la energía y tiene una de las tasas de acceso a la electricidad más altas en África al sur del Sahara.

Además, este país está implementando el proyecto de gas natural Sankofa, que se espera suministre hasta un 40 % de la actual capacidad de generación instalada del país y que lo haga mediante recursos más limpios y más asequibles. El Grupo Banco Mundial aporta US$700 millones en garantías para este proyecto, que permitirá a Ghana reducir las importaciones de petróleo en 12 millones de barriles anuales y las emisiones de carbono en alrededor de 8 millones de toneladas en cinco años.

Esto no va a resolver todas las limitaciones energéticas del país, pero mejorar la disponibilidad del suministro de energía limpia es uno de los muchos pasos que el país está dando para aumentar las oportunidades de los ciudadanos más pobres, dijo Molini.

El Programa de Alimentación Escolar de Ghana se ha ampliado desde su puesta en marcha en 2005 y ahora funciona en 4700 escuelas de todo el país, ofreciendo un almuerzo nutritivo a 1,7 millones de niños pequeños.

“Esta es la mejor comida que reciben todos los días”, señaló Kuma-Mintah. “Gracias al programa están en la escuela, aprendiendo, en lugar de andar buscando comida”.

Lo que queda claro en todo el país y en todo el espectro socioeconómico es que los ghaneses están buscando más oportunidades.

“Las personas quieren ser emprendedores”, dijo Commey, al referirse a sus compañeros de estudios de la universidad. “Están interesados en encontrar formas alternativas de ganarse la vida”.

Molini agregó que Ghana podría convertirse en un centro económico en la región, sobre todo debido a su ubicación estratégica –en el golfo de Guinea de África occidental–, su infraestructura y su fuerza laboral educada.

“África no solo necesita ayuda financiera y donaciones. Necesitamos empleos estables”, dijo Alistair Djimatey, que dirige las áreas de relaciones públicas y responsabilidad social empresarial en Blue Skies.

“No somos una historia social, todavía. La voluntad de hacer algo está ahí. Si las personas tienen las oportunidades adecuadas, van a trabajar duro”, aseguró Fatahu Salifu, quien cofundó la fábrica de ropa Dignity-DTRT en Accra.


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