ARTÍCULO

El renacer de sitios históricos y las comunidades locales en China

Noviembre 23, 2015


La Gran Muralla comienza en la costa del mar de Bohai, se extiende por más de 8000 kilómetros en el norte de China y termina en el Paso Jiayuguan, en la lejana provincia de Gansu en el oeste del país.

El Paso Jiayuguan da hacia el oeste, al desierto de Gobi, y a lo que entonces se creía era el mundo incivilizado. La muralla termina con una imponente torre, considerada la fortaleza militar más majestuosa a lo largo de la Gran Muralla.

La fortaleza construida en 1372 se mantuvo de pie durante más de 600 años –su torre y los antiguos edificios de los alrededores se estropearon con el tiempo– hasta que se puso en marcha un proyecto de conservación.

“Parte de la estructura de madera se había deteriorado y deformado; las bisagras se habían aflojado y la pintura se había descascarado”, relató Yan Qun, subdirector del Comité de Gestión del Sitio Patrimonial de Jiayuguan. “Ahora todos estos problemas han sido abordados. Jiayuguan tiene otra vez su aspecto grandioso de los viejos tiempos”, agregó.


" Antes, no había nada, pero ahora nuestros sitios pintorescos están bien equipados, y tienen mucho que ofrecer a los visitantes. "

Gao Haiyan

Cantante tradicional de baladas Qingcheng

La conservación de Jiayuguan formó parte de un proyecto apoyado por el Banco Mundial y destinado a proteger el patrimonio cultural y natural de Gansu y a desarrollar una industria turística sostenible.

Gansu tiene un rico patrimonio de reliquias culturales y naturales, muchas de las cuales están en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO y en el listado de reliquias nacionales de China. Además de Jiayuguan, el proyecto incluyó varios otros lugares de interés histórico en la Ruta de la Seda; parques con espectaculares formaciones geológicas; grutas con imponentes estatuas y murales de Buda; antiguas ciudades; templos, y tumbas.

La remota provincia de Gansu es también una de las más pobres de China. En gran medida ha permanecido aislada del rápido desarrollo observado en la mayoría de las otras regiones del país, debido a su entorno natural hostil y al hecho de estar alejada de la costa. En 2014, su producto interno bruto (PIB) per cápita llegó a USD 4150 (dólares estadounidenses), muy por debajo del promedio nacional de USD 7500.

Las limitaciones presupuestarias y la falta de experiencia en el campo de la conservación del patrimonio y el desarrollo del turismo también dificultaron el progreso de Gansu. En los últimos años, la provincia había atraído solo a 1 de cada 176 turistas internacionales y a 1 de cada 113 turistas chinos.

Eso cambió desde que el proyecto se puso en marcha en 2008 y cubrió nueve sitios del patrimonio cultural y natural en seis ciudades de la provincia. Se construyó la infraestructura sumamente necesaria y se restauraron edificios históricos y reliquias culturales; las instituciones gubernamentales recibieron asistencia para planificar y coordinar la conservación del patrimonio y el desarrollo del turismo, y también se proporcionó capacitación sobre conservación del patrimonio, gestión, diseño de productos turísticos y habilidades empresariales al personal de los sitios turísticos y los residentes locales.

Todas estas mejoras produjeron avances notables: el turismo en los nueve sitios cubiertos por el proyecto aumentó entre un 15 % y un 36 % al año, lo que resultó en un incremento de entre el 10 % y el 40 % en los ingresos turísticos anuales. También mejoró considerablemente la satisfacción de los turistas, y la cantidad de personas que trabajan en los sitios apoyados por el proyecto casi se cuadruplicó en los últimos siete años.

Li Wanrong, un agricultor de un pueblo no muy alejado del Paso Jiayuguan, no dejó pasar la oportunidad de abrir un hospedaje que ofrece comida y alojamiento a los turistas. Junto con otros agricultores, participó en una sesión de capacitación en habilidades empresariales organizada por el proyecto. Hoy en día, puede alojar hasta 50 personas al día durante el periodo del año de mayor turismo. Su facturación anual oscila entre los USD 20 000 y USD 30 000, lo cual es “mucho más de lo que ganábamos con la agricultura”, contó.

El testimonio de Wanrong no es una historia aislada: gracias a la mejora de la infraestructura y la capacitación, el hospedaje se multiplicó en los alrededores de las grutas de Maijishan. La aldea de Houchuan, que en 2004 tenía dos albergues, cuenta en la actualidad con 70 alojamientos, y fue nombrada como “la aldea recreativa más atractiva de China” en 2011.

Más allá del aumento de los ingresos y las empresas, el director de la Oficina de Gestión de Proyectos de Gansu, Ning Xiaoli, cree que la provincia se beneficiará en el largo plazo de esta nueva experiencia. “Nos trajo nuevos conceptos sobre el desarrollo, la conservación y la gestión”, dijo, agregando que el proyecto se ha convertido en un caso modelo que contribuye al desarrollo de otros proyectos de turismo cultural en la provincia.

Gao Haiyan se benefició con el proyecto de una manera diferente: canta baladas folclóricas locales a los turistas en el Templo de Dios en Qingcheng, un pueblo histórico al este de Lanzhou, la ciudad capital de la provincia de Gansu. La familia de Gao ha difundido las baladas de Qingcheng a lo largo de 18 generaciones.

La restauración de Qingcheng y su cultura folclórica hicieron que Gao, que trabajaba fuera de Gansu, volviera al pueblo y se uniera al incipiente sector del turismo.

Ahora gana unos USD 300 al mes. Una cifra “muy alta para los estándares locales”, señaló. Como nativa de Qingcheng, Gao también está muy orgullosa de los cambios en su ciudad natal. “Antes, no había nada, pero ahora nuestros sitios pintorescos están bien equipados, y tienen mucho que ofrecer a los visitantes”, concluyó.

 

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