El Grupo Banco Mundial ha protegido e invertido en los paisajes forestales durante muchos años a través de una serie de iniciativas, proporcionando nuevas fuentes de financiamiento para el uso sostenible de los recursos forestales, tanto de asociados públicos como privados, centrándose en la conservación, el uso sostenible de la tierra y la reducción en gran escala de las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos esfuerzos apoyan las reformas de las políticas y los objetivos que ayudan a los países a avanzar hacia un desarrollo con bajas emisiones de carbono, ayudando al mismo tiempo a proporcionar ingresos sostenibles y con capacidad de adaptación al cambio climático a quienes dependen de los bosques para su subsistencia.
Dado que las emisiones derivadas del uso de la tierra contribuyen significativamente al cambio climático, muchos países se han centrado sobre todo en las reformas que pueden realizar en el sector del suelo, que abarca la agricultura y la silvicultura, como una parte importante de su estrategia para mitigar el cambio climático. Una cantidad de países desarrollados y en desarrollo está prestando atención al potencial de los bosques para la reducción de las emisiones en sus propuestas de contribuciones nacionalmente determinadas deseadas, o planes de acción para hacer frente al cambio climático, tanto a través de la reducción de la deforestación como de la mejora de las reservas de carbono, por ejemplo mediante las plantaciones y la gestión sostenible de los bosques.
En eventos paralelos de la COP 21 del 4 de diciembre en París, tres países africanos que trabajan con el Grupo Banco Mundial mostraron ejemplos de cómo los mecanismos de REDD+ han ayudado a crear los elementos básicos que necesitan para luchar en favor de la conservación de los bosques y apoyar el crecimiento económico ecológico.
El Gobierno de Mozambique presentó el Programa de Gestión Integrada de los Paisajes de Zambezia. Esta área cubre 3,8 millones de hectáreas e incluye 2,3 millones de hectáreas de superficie forestal y algunas de las pistas más grandes y mejor conservadas de bosques de miombo de África oriental. El programa creará 5000 hectáreas de agricultura sostenible que llevarán a un aumento anual de los ingresos de los productores gracias a que las cosechas de anacardos y sésamo cultivados allí pueden alcanzar un precio más alto en los mercados. Una nueva unidad de procesamiento de anacardos, creada en colaboración con el sector privado, aporta más puestos de trabajo locales. Los esfuerzos de la comunidad por crear mapas y registrar a los agricultores y los habitantes rurales promueven una mejor gestión forestal a nivel local.
Representantes de Etiopía presentaron el Programa de Paisaje Forestal de Oromia puesto en marcha recientemente. La iniciativa de 10 años busca reducir la deforestación y las emisiones de gases de efecto invernadero por el uso de la tierra en todas las áreas forestales del estado regional de Oromia mediante un enfoque integral del paisaje que aborda las compensaciones y sinergias entre los bosques, los cultivos, la ganadería, el agua y las necesidades de energía de los hogares. Este trabajo en Oromia también incluye los pagos por servicios de los ecosistemas, un mecanismo a través del cual los agricultores o propietarios de tierras reciben incentivos por administrar sus tierras de manera que proporcionen un servicio ecológico, como la regulación del clima, el agua dulce o un aire más limpio.
En la República del Congo, el Gobierno está creando alianzas público-privadas con empresas que producen, comercian o compran productos forestales. La empresa mundial de negocios agrícolas Olam se asoció con el Gobierno para hacer que el cultivo del cacao sea más inocuo para los bosques a través de iniciativas como la intensificación de la producción de cacao cultivado a la sombra y que las comunidades de los bosques degradados eviten las prácticas de roza y quema en el bosque primario.
Estos son solo tres de un número cada vez mayor de ejemplos de países que están tratando de gestionar y proteger mejor sus recursos forestales. A comienzos de esta semana en la COP 21 en París, los representantes de Côte d’Ivoire, República Democrática del Congo y Liberia, junto con representantes de los pueblos indígenas, también mostraron iniciativas y alianzas innovadoras a nivel nacional que están haciendo que los bosques y su protección se conviertan en un elemento central del crecimiento económico y el desarrollo sostenible.
El Grupo Banco Mundial se ha asociado con muchos de estos países que tienen bosques para proporcionar asistencia técnica y financiera para la preparación de proyectos REDD+, poner a prueba maneras de mantener mejor los medios de subsistencia de las comunidades locales y conservar la biodiversidad, e intercambiar el conocimiento y las lecciones aprendidas en este proceso.