El Banco Mundial apoya a Egipto para que pueda satisfacer la demanda cada vez mayor de electricidad y ampliar la capacidad de generación. Un suministro energético confiable y sostenible es fundamental para el crecimiento económico del país, así como para la creación de empleo, los servicios sociales y la seguridad pública.
Las inversiones en Egipto no han respondido a la creciente demanda, que llega a un ritmo de 6 % anual. Los factores que han contribuido a esta demanda son el crecimiento demográfico, el desarrollo de industrias con gran consumo de energía, y el mayor uso de aparatos electrodomésticos, como aire acondicionado.
Los principales beneficiarios del nuevo suministro de electricidad más confiable son las fábricas, las pequeñas empresas y los consumidores. “Todos los talleres del vecindario necesitan un buen suministro eléctrico, o de lo contrario cerraremos nuestras puertas y nuestros trabajadores se quedarán sin empleo”, dijo Mohsen, dueño de un taller de carpintería, ubicado en el barrio de Gamaleya en el Cairo antiguo, famoso por esta actividad.
“Al igual que muchas casas egipcias, no podemos vivir sin electricidad”, señaló Samiha, una madre de cuatro hijos. “El año pasado, los exámenes escolares se realizaron en verano. Por suerte, teníamos luz y mis hijos pudieron estudiar. Sin electricidad, los niños no se pueden educar”.
En los últimos años, el Grupo Banco Mundial ha ayudado al Gobierno de Egipto a abordar desafíos clave, como la escasez de luz eléctrica. Al hacerlo, el Grupo Banco Mundial se ha convertido en un importante asociado en el sector energético y lo ha hecho a través de la entrega de financiamiento para proyectos de generación de energía convencional y renovable, y el fomento del desarrollo de centrales de energía eólica y solar.
La central eléctrica del norte de Giza financiada por el Grupo Banco Mundial, que fue conectada recientemente a la red nacional, es un ejemplo del apoyo del Banco destinado a crear fuentes de energía confiables, eficientes y sostenibles. La central tiene una capacidad total de 2250 megavatios (MW), que alcanza para a abastecer de electricidad a más de 5 millones de hogares. El proyecto aumenta la capacidad de energía disponible de Egipto en un 8 %, por lo que también mejorará la seguridad y la eficiencia en general del suministro eléctrico del país, gracias a una turbina de gas de ciclo combinado (CCGT, por sus siglas en inglés) que usará la tecnología más eficiente para generar energía térmica.