Los arrecifes de coral y los manglares proporcionan valiosos servicios de ecosistemas, desde hábitats pesqueros hasta fuentes de ingresos derivados del turismo. En la actualidad, otro beneficio de estos entornos recibe una renovada atención: su capacidad de proteger las costas de la erosión y las inundaciones, de una manera sostenible y eficaz en función de los costos.
La Alianza Mundial para la Contabilidad de la Riqueza y la Valoración de los Servicios de los Ecosistemas (WAVES) del Banco Mundial y The Nature Conservancy se unieron para actualizar las directrices acerca de la manera de valorar los servicios de protección costera proporcionados por los arrecifes y los manglares, y poder integrar con eficacia estos beneficios en las políticas y la toma de decisiones.
Conversamos con Michael Beck, científico marino principal de The Nature Conservancy, (i) quien codirigió el informe Managing coasts with natural solutions: Guidelines for measuring and valuing the coastal protection services of mangroves and coral reefs (i) (Gestionar las costas a través de soluciones de la naturaleza: Directrices para medir y evaluar los servicios de protección costera proporcionados por los manglares y los arrecifes de coral) y tiene vasta experiencia en actividades de conservación y capacidad de adaptación costera.
Usted ha trabajado y estudiado el tema de los ecosistemas marinos durante décadas. ¿Qué lo hizo interesarse en los hábitats costeros en particular?
Crecí a lo largo de las costas de Nueva York, y por eso ahora no puedo imaginarme estar lejos del agua. Crecí allá, jugué en la orilla del mar, y he tenido la fortuna de realizar numerosas investigaciones sobre el tema. Además, soy — por supuesto— surfista, así que eso hace que me atraigan las olas.
A partir de esas experiencias, ¿cómo llegó a investigar los arrecifes de coral y los manglares, y qué función cumplen estos en la protección de las zonas costeras durante las inundaciones y otros desastres naturales?
Bueno, soy ecologista de formación, así que empecé a estudiar las poblaciones de cangrejo moro en el golfo de México, y me sentí muy a gusto con el rol ecológico que estaban cumpliendo hábitats como los pantanos y los arrecifes de ostras y los jardines de esponjas. Y entonces es una progresión muy natural entender cuál es el valor de estos hábitats para otras personas. Y en muchos lugares del mundo, el valor de algunos de estos hábitats costeros en términos de defensa –esto es en la reducción de las olas y las mareas asociadas con tormentas– es realmente muy importante para las comunidades. Por lo tanto, ha sido muy natural empezar a hacer ese tipo de trabajo; además del valor ecológico, hay muchos beneficios económicos y sociales que realmente importan.
Uno de sus últimos trabajos ha sido un informe de la Alianza WAVES sobre los arrecifes de coral y los manglares. ¿Cuáles son las conclusiones de este informe que más le generan entusiasmo?
Creo que lo que más nos entusiasma es que podamos aplicar enfoques rigurosos desarrollados en los sectores de la ingeniería y de los seguros para comprender el valor de estos hábitats. Y de nuevo, estos son hábitats increíbles por derecho propio, debido a su biodiversidad. Cualquiera que ha buceado cerca de un arrecife de coral o ha caminado en un bosque de manglares sabe cuán maravillosa es la biodiversidad en esos lugares. Pero es también importante valorar estos beneficios adicionales, y en lo que podemos hacer un gran trabajo es en la reducción de las inundaciones, en términos de identificar cuándo, dónde y cómo estos hábitats realmente proporcionan un importante beneficio para las personas.
Su último trabajo con la Alianza WAVES recomienda usar el enfoque de la función del daño esperado para valorar los beneficios que proporcionan los arrecifes de coral y los manglares. ¿Nos puede explicar en qué consiste esto?
Suena complicado, pero en realidad es muy simple. Déjeme mostrarle una manera habitual de valorar el beneficio que proporcionan los arrecifes de coral y los manglares para protegerse de las inundaciones, [lo cual] a menudo es la manera de partir: bien, y si pierdo estos manglares o arrecifes, ¿cuál es el costo de sustituirlos por un dique o un rompeolas? Este es el método del costo de reposición. Pero al aprender de los sectores de la ingeniería y de los seguros, podemos hacer un trabajo mucho mejor y medir de manera directa los beneficios de la reducción de las inundaciones. Y entonces podemos analizar cuál es el nivel de inundaciones ahora, y cuál sería sin la existencia de ese arrecife o bosque de manglares. Y la diferencia en el nivel de inundaciones, y el capital generado y el capital social que existe entre esos niveles de inundaciones, eso constituye el beneficio de esos arrecifes y manglares cuando ellos existen. Y eso es esencialmente la función del daño esperado. Usted extrae cuál es el actual daño esperado, y cuál sería el daño esperado si no existieran esos arrecifes y manglares, y la diferencia que obtenga es su beneficio.
Dada esa información, ¿cree que los Gobiernos y los encargados de formular políticas se sentirán empoderados para cambiar la manera en que ellos ven la gestión de los recursos costeros?
Bueno, esperamos que eso sea una de las piezas muy importantes del rompecabezas. Ahora mismo, sabemos que los riesgos costeros están aumentando mucho, y esto preocupa a numerosas autoridades a nivel local, provincial, nacional y multinacional. Así que el riesgo costero es un problema muy grande, que va en aumento. El incremento del nivel del mar y el potencial aumento de la intensidad de las tormentas son problemas reales que están produciéndose y los encargados de tomar decisiones lo saben y aprecian esto. Ellos están buscando soluciones efectivas para reducir el riesgo. Esperamos que al poder valorar mejor la reducción del riesgo ofrecida por los manglares y los arrecifes ayudaremos a inspirar que estos sean conservados como esa primera línea de defensa.
¿Cuáles son algunos ejemplos de programas exitosos que han aplicado este enfoque para gestionar las inundaciones, a partir de los manglares y los arrecifes de coral?
En este último reporte de WAVES fueron identificados entre 18 y 20 lugares diferentes donde se han realizado actividades de restauración y conservación a gran escala, en su mayoría relacionadas con los manglares. Ahora mismo, se conoce bastante bien que los manglares proporcionan algún tipo de beneficio en cuanto a la protección costera, y países como Viet Nam y Filipinas han realmente invertido, en particular en la restauración de manglares a gran escala, y han demostrado que se pueden tener buenos resultados.
¿De qué manera este último informe de WAVES puede promover la acción?
Actualmente, muchas personas, muchos encargados de tomar decisiones y muchas comunidades comprenden de alguna manera que los manglares proporcionan un beneficio en términos de protección costera, y por eso hemos visto que se han adoptado numerosas medidas en lugares como Filipinas y Viet Nam. Si veo que he perdido mi bosque de manglares y ocurre un tifón, veo y entiendo realmente si la pérdida de mi bosque de manglares ha estado contribuyendo a los aumentos en los daños que observo. Ese tipo de conocimiento, esa experiencia directa, inspira la acción por sí sola. La valoración ayuda, pero esa experiencia directa es muy importante. No tenemos lo mismo para los arrecifes de coral. Si no veo que he perdido 30 cm o 60 cm de mi arrecife de coral, entonces no lo sé y durante la próxima tormenta mucha más energía de las olas pasará, erosionando el litoral e inundando las comunidades donde vivo. No tenemos esa reacción instintiva con los arrecifes de coral, y esperamos que, al valorar mejor estos beneficios mediante un enfoque centrado en la ingeniería y con datos espacialmente explícitos, realmente podamos ayudar a las personas a entender cuán fundamentales son ellos para la protección de las zonas costeras.