ARTÍCULO

Del riesgo urbano a la resiliencia: Construir ciudades más seguras

Abril 06, 2016



TITULARES
  • La falta de planificación urbana y de reglamentos de la construcción eficaces son los principales factores que impulsan las pérdidas por desastres naturales – lo que afectan de manera desproporcionada a los pobres.
  • Los códigos de construcción y la planificación del uso de la tierra han demostrado ser la manera más eficaz para mejorar la salud y la seguridad en las ciudades y reducir los riesgos de desastres.
  • El Programa de Reglamento de la Construcción para Mejorar la Resiliencia, la primer alianza mundial de este tipo, mejorará en los países vulnerables los reglamentos de la construcción para mejorar la resiliencia frente a los desastres.

Hace un año, en abril de 2015, un terremoto de magnitud 7,8 causó la muerte de aproximadamente 9000 personas en Nepal y destruyó miles de escuelas, viviendas, hospitales y lugares de interés histórico. Un sinnúmero de otras catástrofes sísmicas y relacionadas con el clima provocaron pérdidas por USD 4,2 billones en los últimos decenios. Para ayudar a reducir daños como estos, el Grupo Banco Mundial y el Fondo Mundial para la Reducción de los Desastres y la Recuperación (GFDRR, por sus siglas en inglés) da a conocer una alianza mundial sin precedentes, destinada a mejorar en los países vulnerables los reglamentos de la construcción para mejorar la resiliencia frente a los desastres.

Aumento de las poblaciones urbanas; reglamentos de la construcción ineficaces

Alrededor de 1,4 millones de personas se trasladan a zonas urbanas cada semana, y la necesidad de contar con códigos de construcción y planes de uso de la tierra eficaces aumenta al mismo ritmo. (PDF, en inglés) Por ejemplo, la población de Nairobi ha subido de 350 000 habitantes en la década de 1960 a 3,1 millones en la actualidad. La ciudad ha experimentado numerosos derrumbes e incendios en los últimos 20 años debido a que los códigos de construcción son inadecuados. Por otra parte, al menos el 60 % de esta creciente población vive en barrios marginales, creando desafíos en materia de implementación aún mayores.

La falta de planificación urbana y de reglamentos de la construcción eficaces son los principales factores que impulsan las pérdidas por desastres naturales, que se han cuadruplicado desde 1980. Las catástrofes también afectan de manera desproporcionada a los pobres: casi el 90 % de todas las muertes desde 1990 se ha registrado en los países de ingreso bajo y mediano, a pesar de que menos de la mitad de los desastres ha ocurrido en ellos. Además, el cambio climático amenaza con agravar estos daños debido a las sequías, los ciclones y las inundaciones más extremas, y puede sumir en la pobreza a 100 millones de personas para 2030.


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Esa es la mala noticia.

La buena noticia es que existe una posibilidad única de crear ciudades más seguras y con una mayor capacidad de adaptación, mediante la aplicación de reglamentos de la construcción eficaces. La humanidad construirá más en los próximos 20 años que en toda su historia: se edificarán más de 1000 millones de nuevas viviendas solo hasta fines de 2050. (PDF, en inglés) Si se aprovecha esta ventana de oportunidades, se podrán diseñar ciudades que respondan a una serie de desafíos complejos, entre ellos el riesgo de desastres y otros peligros crónicos, como los incendios y los derrumbes espontáneos.

El Programa de Reglamento de la Construcción para Mejorar la Resiliencia

Los principales asociados en la tarea del desarrollo —como el Banco Mundial y el GFDRR, junto con los Gobiernos, el sector privado y la sociedad civil— se han unido para responder mejor a estos desafíos. El nuevo Programa de Reglamento de la Construcción para Mejorar la Resiliencia (PDF, en inglés) muestra cómo una combinación de reformas sobre buen gobierno a nivel nacional, el fortalecimiento de la capacidad institucional y el establecimiento de procesos transparentes y de rendición de cuentas a nivel local pueden mitigar de manera eficaz los riesgos de desastres.

El programa presenta historias de éxito de países que han podido cambiar los reglamentos de la construcción. Japón, por ejemplo, promulgó leyes nacionales basadas en la investigación científica, el análisis de ingeniería y las lecciones aprendidas que, en combinación con un marco para la certificación, la inspección, la capacitación profesional y de la fuerza laboral, el financiamiento de la construcción y los seguros, han reducido los riesgos naturales en sus áreas metropolitanas. Los logros de Japón en materia reglamentaria, junto con otros buenos resultados en todo el mundo, se presentan en el último informe principal del programa.

Sin embargo, el programa no propone simplemente reproducir la experiencia de los países desarrollados. Se hace especial hincapié en la necesidad de incorporar los factores locales (culturales, económicos y sociales) en las estrategias, permitiendo que el cumplimiento de los códigos de construcción favorezca a los pobres y marginados.

En el norte de Pakistán, por ejemplo, la estrategia dhajji dewari —una práctica de construcción en que se usa madera y piedra— se ha realizado durante siglos para adaptarse a los peligros naturales típicos de la región. Garantizar que se formalicen e incluyan métodos similares en las prácticas de construcción convencionales puede reducir los costos de cumplir con los reglamentos de la construcción, aumentando al mismo tiempo la capacidad de adaptación en las zonas edificadas.

Hacia ciudades más seguras y resilientes

Los códigos de construcción y la planificación del uso de la tierra — cuando se formulan y se implementan de modo adecuado— han demostrado ser la manera más eficaz para mejorar la salud y la seguridad en las ciudades y reducir los riesgos de desastres. Asegurar que la capacidad reglamentaria relativa a la construcción se adapte a ciudades que crecen rápidamente es un paso crítico en la protección de las vidas y los medios de subsistencia en los países vulnerables, y ayudará a evitar que los beneficios del desarrollo se derrumben o sean “arrastrados” por los desastres. A través de la ciencia aplicada, una adecuada ingeniería y las instituciones apropiadas, el Programa de Reglamento de la Construcción para Mejorar la Resiliencia tiene como objetivo construir un futuro más seguro y con mayor capacidad de adaptación.


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