Hace ya bastante tiempo que Brasil conoce los rostros de la sequía en el Nordeste. Las fotos y videos que reflejan este drama muestran las caras ajadas precozmente por el intenso sol, cuerpos humanos y animales desnutridos por falta de alimentos y agua, plantas y suelos resecos.
Ahora, además, los brasileños y el resto del mundo pueden contemplar la cara científica del fenómeno. Este nuevo rostro está en los mapas mensuales que describen dónde hay sequía, cuán grave es (leve o excepcional) y qué impacto tiene en la población.
Los mapas son el producto final del Monitor de Sequías del Nordeste de Brasil, lanzado a finales de marzo por el gobierno federal y los gobiernos estatales de la región, con el apoyo del Banco Mundial y el Fondo Español para América Latina (SFLAC).
Con la representación visual exacta de la sequía, por primera vez las instituciones de Brasil pueden actuar de forma preventiva y continua, además de diseñar en conjunto políticas públicas que permitan enfrentar el problema.
"Es un cambio de paradigma para un país que siempre ha enfrentado las sequías como una fatalidad", dijo Marcelo Asfora, director general de la Agencia de Pernambuco para el Agua y el Clima, una de las instituciones que forman parte del Monitor.
Estados Unidos, México y España utilizan mapas similares, una experiencia que ha inspirado esta iniciativa de Brasil. El país, a su vez, puede convertirse en un ejemplo para América Latina y el mundo para mostrar cómo se pueden integrar datos e instituciones.
"En los países en desarrollo, es común que las agencias recojan ciertos tipos de información y las guarden en sus archivos", dijo el climatólogo estadounidense Donald Wilhite, especialista mundial en el diseño de políticas para la gestión de la sequía.
Como asesor del proyecto brasileño desde la concepción, a finales de 2013, Wilhite critica la forma en que los gobiernos de todos los países, en desarrollo o no, vienen encarando al problema. "Se demora demasiado en tomar medidas concretas, y esto tiene que ver con la naturaleza misma de las sequías", explica.
Como las sequías por lo general no causan daños a la infraestructura y se desarrollan lentamente, los políticos tienden a ignorar los impactos sobre las personas y el medio ambiente, según el experto.
Proyectos como el Monitor de Sequías revierten esa tendencia, algo importante en un contexto de cambio climático. "El Nordeste de Brasil sufre, en particular, de los impactos de la sequía relacionados con el fenómeno El Niño, que puede llegar a ser más frecuente en un planeta 4°C más caliente", según el informe “Bajemos la temperatura” del Banco Mundial.
Ver con nuevos ojos las muchas caras de la sequía es aún más necesario si se quiere evitar las pérdidas como las sufridas en el siglo pasado, cuando la falta de agua afectó a 2 mil millones de personas y dejó 11 millones de muertos en todo el mundo.