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ARTÍCULO

Ayudar a las comunidades libanesas a sobrellevar la crisis de los refugiados sirios

Julio 14, 2016


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Sepa acerca de la labor que realizamos para ayudar a los Gobiernos locales a mejorar la resiliencia y las condiciones de vida de las comunidades de acogida, así como para asistirlas en el manejo del flujo de los refugiados sirios.

Foto © Dominic Chavez/Banco Mundial

TITULARES
  • El Líbano es un pequeño país con una población de 4,5 millones de habitantes, la cual ha aumentado en un 30 % con el arribo de 1,5 millones de refugiados sirios. Esta última cifra representa la tasa más alta de refugiados per cápita en el mundo.
  • La cantidad de refugiados sirios constituye una enorme carga para este pequeño país, que ya tiene dificultades para proveer servicios públicos a las comunidades locales después de una guerra civil de 25 años de duración.
  • Un innovador proyecto mejora la resiliencia de las comunidades, pasando de un enfoque humanitario a uno orientado hacia el desarrollo, y haciendo partícipes a los ciudadanos en el proceso de identificación de las inversiones de mayor prioridad.

La huida de cinco millones de refugiados desde Siria ha creado una crisis a nivel mundial, pero el Líbano es el país que se ha llevado la peor parte debido a este masivo escape. En esta nación, ahora casi 1 de cada 3 personas es un refugiado sirio, lo que en Occidente equivaldría al desplazamiento de la población de México (122 millones) hacia Estados Unidos (320 millones). Pero los refugiados sirios no se han repartido de manera uniforme en el Líbano, que es un país pequeño: algunas ciudades libanesas han experimentado un dramático aumento en sus poblaciones, observándose en algunos casos una duplicación del número de habitantes.

A pesar de estas cifras, las comunidades del Líbano han mostrado un enorme sentido de hospitalidad y resiliencia colectiva, lo que les ha permitido recibir a tantos refugiados de manera cívica y pacífica. Pero la afluencia ejerce presión sobre los agobiados Gobiernos locales, que carecen de la capacidad y los recursos para responder apropiadamente a la crisis. Los servicios básicos están bajo un grave nivel de tensión, desde la educación y la salud, hasta el suministro de agua, el saneamiento, la gestión de residuos sólidos y el transporte local. La crisis también está teniendo un fuerte impacto en el mercado laboral, ya que más personas compiten por trabajos y medios de sustento en un país donde, en 2014, un tercio de los jóvenes ya estaban desempleados.

Para entender este desafío, y si usted ha vivido en Londres, Roma o París, imagine el nivel de estrés que su Gobierno local tendría si tiene que gestionar el doble de basura, y brindar educación a una cantidad doble de niños en escuelas que ya están atestadas de estudiantes. Piense en los efectos en su vida cotidiana, si hubiera apenas agua limpia suficiente o electricidad confiable antes de que la cantidad de personas que usan esos servicios se duplicara repentinamente.

Las comunidades libanesas son resilientes e inclusivas: recibir huéspedes es un aspecto legendario de su cultura. Sin embargo, con cifras como estas, no pueden hacerlo solas. “Ayudar a nuestras comunidades a mejorar sus condiciones de vida y lidiar con la afluencia de los refugiados sirios no es una misión fácil”, dice Nabil A. El-Jsir, presidente del Consejo de Desarrollo y Reconstrucción del Líbano. “Necesitamos el apoyo de la comunidad internacional”.

Para abordar los desafíos que las comunidades de acogida y sus Gobiernos locales enfrentan en el Líbano, el Grupo Banco Mundial —con el respaldo financiero de asociados en la tarea del desarrollo— inició una serie de proyectos, entre los cuales se encuentra el Proyecto de emergencia de los servicios municipales. Este se dirige a los Gobiernos locales y afecta las vidas cotidianas de las personas, interviniendo en sectores fundamentales que están bajo presión a nivel local y cambiando el enfoque para abordar la crisis desde un ángulo estrictamente humanitario a un ángulo más orientado hacia el desarrollo.


" Ayudar a nuestras comunidades a mejorar sus condiciones de vida y lidiar con la afluencia de los refugiados sirios no es una misión fácil; necesitamos el apoyo de la comunidad internacional. "

Nabil A. El-Jisr

Presidente del Consejo de Desarrollo y Reconstrucción del Gobierno del Líbano.

"El Grupo Banco Mundial se asocia con las municipalidades y los sindicatos municipales en el Líbano para ayudar a los Gobiernos locales a proveer directamente servicios a sus ciudadanos, de una manera eficiente y en tiempo real, y crear oportunidades para el desarrollo económico local. Esto hace a las comunidades más resilientes e inclusivas”, dice Ede Jorge Ijjasz-Vasquez, director superior del Grupo Banco Mundial.

El proyecto comenzó con el establecimiento de una plataforma de toma de decisiones con el fin de abordar algunas de las necesidades más inmediatas en las áreas más afectadas por la crisis. Esto permite traspasar el poder de decisión a las comunidades locales y hacer participar a los ciudadanos de una manera proactiva. El proyecto tiene como objetivos solucionar deficiencias en la entrega de servicios, apoyar la cohesión social y financiar intervenciones que puedan mejorar las vidas cotidianas de las personas, así como contribuir a un entorno propicio para el desarrollo y así estimular el crecimiento de las empresas locales.

La iniciativa está ayudando a entregar bienes tangibles a la población, entre ellos compactadores de basura, vehículos de servicios, generadores de electricidad, filtros de agua para las escuelas, redes de suministro de agua, redes de aguas servidas, y la rehabilitación de infraestructura municipal. Estas intervenciones específicas tienen un impacto positivo y son valoradas por las comunidades de acogida que se ven beneficiadas con ellas. Los resultados en las vidas de las personas son evidentes: más niños pueden tomar agua limpia en las escuelas y más madres tienen mayor cantidad de agua en casa para limpiar y preparar comidas saludables. Los caminos han sido pavimentados, lo cual aumenta la cantidad de agricultores que ahora pueden llegar a los mercados y mantener la calidad de sus productos. La vida urbana se ha vuelto menos peligrosa y más vibrante, ya que la iluminación en las calles y los parques comunitarios facilita que la población pueda reunirse y jugar en áreas más seguras.

“El Banco Mundial se ha involucrado rápida y realmente en ayudar al Líbano a lidiar con las necesidades inmediatas de su población, afectada gravemente por la crisis siria y los flujos sin precedentes de refugiados. Al mismo tiempo, y paralelamente, el Banco continúa su fuerte compromiso con la agenda de desarrollo y reformas de mediano y largo plazo del Líbano”, dice Ferid Belhaj, director a cargo de las operaciones en los países de Oriente Medio.

Estos son pequeños resultados en un país que necesita una gran cantidad de apoyo, pero que estamos comprometidos a seguir realizando iniciativas como las mencionadas.


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