En un mundo que necesita cada vez más opciones de energía limpia, la geotérmica llama la atención por los beneficios que proporciona cuando se desarrolla adecuadamente. Puede generar electricidad con un menor impacto ambiental y a un menor costo que el requerido por los combustibles fósiles como el petróleo y el carbón. Y por ser una fuente renovable, ayuda a mejorar la seguridad del suministro eléctrico.
A pesar de todos estos beneficios, la complejidad y el coste de iniciar las operaciones son grandes. Esto termina causando retrasos o interrupciones en los proyectos, como ya ha ocurrido en algunos lugares de América Latina y el Caribe, según el estudio Análisis Comparativo de Estrategias para Mitigar los Riesgos Asociados con los Recursos Geotérmicos, de ESMAP, un fondo global de asistencia en proyectos energéticos administrado por el Banco Mundial.
“Afrontar este problema es aún más relevante si se tiene en cuenta que la mayoría de las áreas adecuadas para el desarrollo geotérmico son Green Fields, es decir, campos vírgenes que necesitan ser desarrollados desde el inicio”, señala el documento.
El informe explica que el potencial global de exploración es de entre 70 y 80 GW. Sin embargo, después de más de 100 años, sólo el 15% de las reservas geotérmicas conocidas en todo el mundo son explotadas para la producción de electricidad, y generan apenas 12GW.
En América Latina y el Caribe se puede encontrar energía geotérmica en Argentina, Chile, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, México y Nicaragua. Curiosamente, la producción en los dos primeros países se considera baja o nula (a pesar de que en Chile, las inversiones se iniciaron en la década de 1960), mientras que en México existen cuatro campos activos. En Brasil hay pocos estudios dirigidos a la explotación de la energía geotérmica para la generación de electricidad.
El costo inicial de la exploración y la perforación de entre tres y cinco pozos geotérmicos oscila entre 20 y 30 millones de dólares. Es una suma pequeña en comparación con el costo total de un desarrollo geotérmico, pero difícil de plantear, dado el riesgo de las operaciones.
Solo para encontrar y confirmar la disponibilidad de recursos energéticos se tarda de dos a tres años. Y luego, toma otros tres a cinco años realizar las perforaciones adicionales con el fin de garantizar el suministro de vapor de agua y la construcción de la planta de energía.