Las subastas permiten la reunión de compradores y vendedores para acordar un precio para bienes o servicios que de otro modo son difíciles de valorar. En el ámbito del financiamiento para el clima se puede hacer uso de las subastas inversas a fin de producir el mayor rendimiento —mediante la invitación a las empresas privadas a competir entre sí por fondos públicos escasos para el clima con el objetivo de producir la mayor cantidad de reducciones de emisiones al menor costo.
El Grupo Banco Mundial asignó ayer USD 13 millones a través de la tercera subasta del Mecanismo Piloto de Subasta para la Mitigación del Cambio Climático y la Reducción de las Emisiones de Metano (PAF, por sus siglas en inglés). (i) Trece empresas de nueve países participaron en la subasta en línea, y cinco se adjudicaron contratos que les dan el derecho a vender sus créditos de carbono futuros al PAF a un precio fijo. En caso de rescate, estos contratos reducirán el equivalente de 6,2 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono.
Mientras que las dos primeras subastas, que tuvieron lugar en 2015 y 2016, se orientaron a las emisiones de metano provenientes de los vertederos, la tercera se concentró en las reducciones de óxido nitroso. Ambos gases de efecto invernadero son muy potentes, y el último tiene un potencial de calentamiento del planeta de casi 300 veces que el del dióxido de carbono. Un ejemplo de emisiones de óxido nitroso serían las derivadas de la producción industrial de ácido nítrico, que se utiliza para producir fertilizantes. Las reducciones de emisiones derivadas de la producción de ácido adípico no eran elegibles para la subasta realizada ayer.
El PAF se estableció hace dos años para demostrar cómo pueden las subastas encauzar eficazmente fondos a proyectos que reduzcan las emisiones. En su calidad de mecanismo piloto, el PAF tiene por fin promover el aprendizaje mediante la demostración de múltiples formas de subasta, con la esperanza de que otros reproduzcan este modelo. La tercera subasta, a diferencia de la primera y la segunda, se dividió en dos subsubastas, con un "segmento nuevo" para proyectos en que no se habían instalado tecnologías no contaminantes antes de la fecha de la subasta, y otro "segmento abierto” para proyectos tanto nuevos como en ejecución.
Los adjudicatarios del segmento abierto de la tercera subasta recibieron contratos que les daban el derecho a vender créditos de carbono al PAF a razón de USD 2,10 por crédito de carbono. Las ofertas correspondientes a este segmento partieron de USD 5 por crédito de carbono, y a este precio la demanda de los oferentes quintuplicó con creces la oferta disponible. El PAF bajó el precio en el transcurso de siete rondas antes de llegar al precio de equilibrio.