Dar es Salam, 27 de marzo de 2017. Mwanaidi Mrisho, una madre de dos hijos, vende pescado desde hace una década. Todos los días viaja del mercado pesquero de Magogoni, en el extremo occidental de Dar es Salam, a Kimara-Mwisho, un lugar situado a unos 20 kilómetros fuera de la ciudad. El costoso viaje ha afectado su bienestar y medios de subsistencia.
“Antes me demoraba hasta tres horas de Kimara a Magogoni y de vuelta, debido a la congestión del tráfico”, explicó Mrisho. “Yo trataba de viajar a las 5 de la mañana a más tardar para llegar al mercado pesquero antes de las 8 de la mañana”.
En Dar es Salam, la capital para los negocios en Tanzanía y una ciudad situada frente al océano Índico, todas las mañanas los comerciantes de pescado de distintos suburbios se apresuran para llegar a Magogoni, donde las ventas habitualmente empiezan al amanecer.
“Mientras más temprano llegue al mercado, es más probable que consiga mejores ofertas en términos de calidad y precio del pescado”, añadió Mrisho.
Hasta el año pasado, los viajeros como Mrisho en la ciudad más grande de Tanzanía dependían de un sistema de transporte público conformado principalmente por alrededor de 7500 dala dalas (microbuses de pasajeros operados por propietarios individuales y sujetos a regulaciones poco estrictas). Estos vehículos compiten por los pasajeros en las congestionadas calles de la ciudad, donde los viajes que deberían durar 10 minutos tardan fácilmente más de tres horas durante los horarios punta.
Sin embargo, esto comenzó a cambiar desde mayo de 2016 gracias a la primera fase del sistema de transporte rápido por autobús (BRT) y tras la eliminación gradual de los dala dalas en la ruta del BRT, medidas que ya han disminuido de manera notoria el tiempo y los costos de viaje para muchas personas.
El Grupo Banco Mundial financió la primera fase del sistema BRT en el marco del segundo corredor de transporte central, que finalizó en 2015 y cubre más de 20 kilómetros de rutas para camiones. El sistema es operado por el consorcio Usafiri Dar es Salam de tránsito rápido (UDA-RT) con una flota de 140 modernos autobuses de alta capacidad que transportan a pasajeros a lo largo de carriles especiales, reduciendo el tiempo de viaje de dos a tres horas a entre 30 y 50 minutos. El UDA-RT está proporcionando servicios provisorios, mientras otro operador privado, que funciona de manera competitiva, proveerá una flota adicional de 165 buses.
Esta semana, el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, y el presidente de Tanzanía, John Magufuli, dieron a conocer la primera piedra de la segunda fase del BRT. En esta etapa se construirá la zona de intercambio modal de Ubungo, una serie de pasarelas en una intersección clave que da acceso a la ciudad y que se ha convertido en un punto de gran congestión que disminuye la velocidad del tráfico en el BRT.
La construcción de la zona de intercambio se enmarca en el Proyecto de mejoramiento del transporte urbano de Dar es Salam (DUTP), (i) que es financiado con un crédito en condiciones concesionarias de USD 225 millones otorgado por la Asociación Internacional de Fomento (AIF), y un crédito de USD 200 millones entregado en el marco del Mecanismo de Ampliación del Crédito de la AIF.
En el evento, el presidente Kim felicitó al Gobierno de Tanzanía por la notable inversión en el sistema BRT y por la decisión de materializarla mediante una alianza público-privada.
“El liderazgo del Gobierno y el gasto público será siempre crucial, pero también hemos aprendido que si el uso de recursos públicos se enfoca de manera estratégica, podemos incrementar exponencialmente el financiamiento para el desarrollo, atrayendo capital privado”, dijo Kim en su discurso. “Los países pueden poner en marcha reformas, generar una cartera de proyectos financiables y proveer servicios de infraestructura sostenibles y asequibles”.
Kim señaló que los líderes en la reunión del Grupo de los Veinte (G-20) en Alemania, en la cual participó, habían entendido que existe la urgente necesidad de repensar el financiamiento para el desarrollo. “Las aspiraciones y los objetivos mundiales son tan amplios, que para cumplirlos en un país como Tanzanía, necesitamos maximizar la cantidad de recursos para el desarrollo público”, afirmó Kim.
La ciudad de Dar es Salam tiene una población de 4,4 millones de habitantes, una cantidad que ha crecido rápidamente a una tasa de 6,5 % anual, y se espera que se convierta en una megaciudad antes de 2030. Dar es Salam ese ve afectada por graves problemas de congestión y movilidad debido a una combinación de factores: un rápido crecimiento, una red vial subdesarrollada, un aumento del parque vehicular y del tráfico a través del puerto, y la carencia de un transporte público eficiente.
“Un camión se demora hasta siete horas entre el puerto de Dar es Salam y Kibaha, un viaje de apenas 28 kilómetros”, se lamentó Rahim Dossa, miembro de la Asociación de Dueños de Camiones de Tanzanía. “Esto significa que tenemos que utilizar más combustible y eso afecta nuestros resultados”.
El BRT de Dar es Salam se planificó como un extenso sistema de 137 kilómetros de corredores que se construirán en seis fases consecutivas. El Banco Africano de Desarrollo y el Africa Growing Together Fund, en conjunto con el Gobierno de Tanzanía, están financiando la construcción de la segunda fase del sistema BRT que comprende 20,3 kilómetros y tiene un costo de USD 159 millones.
“El BRT es otro gran ejemplo de cómo las inversiones gubernamentales estratégicas pueden impulsar inversiones del sector privado y generar grandes resultados para las personas”, dijo Kim. “Desde que se inauguró el BRT el año pasado, el tiempo de viaje de ida y vuelta en esta ruta ha disminuido en 90 minutos al día, lo que permitió a los viajeros no estar atascados en el tráfico y ahorrar un tiempo equivalente a 16 días”.
Para muchos pequeños comerciantes de pescado, como Mrisho, que venden sus productos al costado de la carretera en Kimara, el BRT podría mejorar su vida, ya que el tiempo ahorrado en transporte significará más dinero en su bolsillo y una mayor tranquilidad.