Aun cuando la economía mundial comienza a fortalecerse, persisten grandes riesgos para los países en desarrollo y los pobres del mundo. El Grupo Banco Mundial sigue teniendo una función fundamental para ayudar a garantizar que el crecimiento sea sostenible y genere beneficios que lleguen a todos y contribuyan a reducir la pobreza y la desigualdad.
Este fue un mensaje clave del Comité para el Desarrollo, un foro ministerial del Grupo Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, en un comunicado dado a conocer al cierre de las Reuniones de Primavera de ambas instituciones celebradas en la ciudad de Washington.
El Comité, en el cual están representados los 189 países miembros, reiteró su respaldo a la función del Grupo Banco Mundial para encarar una amplia gama de desafíos en el ámbito de los bienes públicos mundiales y a su labor orientada a desarrollar un planteamiento integral frente a las crisis. Con respecto a las cuestiones apremiantes de la hambruna y el desplazamiento forzado, el Comité hizo notar tanto los “esfuerzos para movilizar y desembolsar con rapidez el apoyo destinado a los países, las comunidades y los refugiados” como la importancia de “las inversiones orientadas a abordar las causas fundamentales de la fragilidad y sus factores determinantes, y ayudar a los países a lograr mayor resiliencia institucional y social”.
El presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, se refirió a este nuevo planteamiento en sus palabras a la prensa al inicio de las reuniones. El Grupo Banco Mundial trabaja en estrecha colaboración con las Naciones Unidas y otros asociados internacionales para dar una respuesta coordinada y eficaz a la hambruna que se registra en partes de África oriental y Yemen. Al mismo tiempo, Kim enfatizó que “emplearemos todas las herramientas de las que disponemos, financieras y de asesoría, para evitar este flagelo en el futuro”.
En relación con la crisis de refugiados, en un discurso pronunciado en la London School of Economics en vísperas de las reuniones, Kim mencionó importantes esfuerzos que abordan necesidades urgentes y, al mismo tiempo, respaldan los objetivos de desarrollo a largo plazo. La Asociación Internacional de Fomento, el fondo del Grupo Banco Mundial para los países más pobres, ha asignado USD 2000 millones para apoyar en los próximos tres años a los países de ingreso bajo que reciben refugiados.
Una iniciativa complementaria aborda la naturaleza transfronteriza del desplazamiento forzado. Como explicó Kim: “A través de nuestro nuevo Servicio Mundial de Financiamiento en Condiciones Concesionarias brindamos por primera vez fondos en condiciones concesionarias (esencialmente, con tasas de interés inferiores a las del mercado) a países de ingreso mediano que alojen refugiados. Hemos comenzado por Jordania y Líbano, que albergan a millones de refugiados sirios”.
El comunicado del Comité y las declaraciones de Kim destacan la necesidad de abordar las dudas que tienen muchas personas, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, acerca de si ellas se están beneficiando de un mundo más interconectado y con una mayor integración económica. Algunas de estas dudas se originan en la desigualdad; el Comité observó que los “beneficios no siempre se han distribuido de manera uniforme dentro de los países”. En el discurso de Kim en Londres también se subraya una “convergencia de aspiraciones” a medida que la tecnología hace más fácil que las personas comparen sus perspectivas de ingresos y calidad de vida con las de otras personas en todo el mundo. Kim hizo notar los riesgos: cuando las personas “no tienen oportunidades para hacer realidad esas aspiraciones, la frustración bien puede conducir a la fragilidad, los conflictos, la violencia, el extremismo y, eventualmente, la migración”.
Para lograr las ambiciones plasmadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible —así como las crecientes aspiraciones— Kim y el Comité hicieron hincapié en un cambio importante en la manera de plantear el financiamiento para el desarrollo: la necesidad de movilizar fondos a una escala mucho mayor, con una función más destacada de las inversiones del sector privado.
Para muchos proyectos cruciales para el desarrollo, incluso en los países más pobres, el Grupo Banco Mundial considera que la inversión privada en condiciones comerciales encierra un potencial que no se está aprovechando. Al respecto, el Comité manifestó que los asociados para el desarrollo pueden “dar prioridad a las soluciones del sector privado cuando sean escasos los recursos públicos que puedan asignarse, incluso en proyectos de infraestructura”. El Grupo Banco Mundial puede ayudar a reducir los riesgos (reales y percibidos) para los inversionistas y, al mismo tiempo, a garantizar que los proyectos beneficien realmente a los países pobres y a las personas pobres.
Como lo señaló Kim en su discurso, “nunca han existido condiciones más propicias que las actuales para hallar esas soluciones provechosas para todos. Habría que movilizar los billones de dólares que se encuentran inactivos —generando escasos intereses—, y a los inversionistas que están buscando oportunidades más favorables para que nos ayuden a atender las aspiraciones cada vez mayores de las personas de todo el mundo”.