Este mes contamos con la presencia de Francisco Obreque, especialista agrícola que trabaja en el proyecto PICAR en Bolivia. El Proyecto de Inversión Comunitaria en Áreas Rurales (PICAR) tiene como objetivo general luchar contra la pobreza extrema entre los pequeños productores, particularmente indígenas, en el área rural. Desde finales de 2011, el proyecto transfirió responsabilidad y recursos a más de 150.000 habitantes rurales en 656 comunidades altamente vulnerables (30 por ciento más allá de la meta de 500 comunidades) y apoyó 769 sub proyectos para mejorar el acceso a infraestructura básica y productiva para los hogares rurales. Hasta la fecha, el proyecto ha aumentado el acceso mediante caminos a más de 15.000 personas y ampliado y/o mejorado la irrigación a más de 17.000 beneficiarios. En 2015, el gobierno recibió un financiamiento adicional de AIF por US$60 millones para ampliar y profundizar el éxito del proyecto y alcanzar a unos 200.000 beneficiarios adicionales.
A continuación, lo que Francisco compartió con nosotros de esta innovadora operación de CDD:
Pregunta: ¿Qué valor agrega el enfoque CDD al asociarse con los pueblos indígenas en Bolivia?
Respuesta: En primer lugar, el enfoque CDD del PICAR ayuda a incorporar una planificación racional y el proceso de priorización en el funcionamiento de una comunidad, permitiéndoles identificar y atender sus necesidades y las limitaciones más importantes. Dentro de mi experiencia, el PICAR ha sido pionero como prueba de un enfoque de la demanda en Bolivia, mientras que otros proyectos han sido más bien impulsados por la oferta. Generalmente, las comunidades indígenas involucradas en el PICAR han recibido e implementado muy bien el enfoque de planificación inclusiva; no tengo conocimiento de ningún caso donde este enfoque haya causado interrupciones o conflictos internos.
En segundo lugar, PICAR ha permitido a las comunidades tomar el control en lugar de ser simples receptores de ayuda. Puedo dar testimonio en mis múltiples visitas de campo que los beneficiarios del PICAR verdaderamente se ven a sí mismos como los líderes de las inversiones. El enfoque CDD encaja dentro del contexto cultural en Bolivia y es una herramienta para empoderar a las comunidades indígenas, ayudándolos a explotar su potencial y aprovechar las oportunidades. La gente siente que el enfoque sirve como una plataforma para lograr importantes mejoras en su calidad de vida.
En tercer lugar, PICAR ha introducido mecanismos que garantizan altos niveles de transparencia en la gestión de los recursos financieros. Otros programas y proyectos han sido muy controversiales porque o manejan los fondos directamente (con poco compromiso de las comunidades) o transfieren el dinero a los líderes de la comunidad. El asegurar un nivel alto de transparencia en el proyecto utilizando el enfoque de CDD es un logro importante dentro del contexto boliviano.
P: Háblanos del trabajo del PICAR en términos de género en estas comunidades.
R: El modelo del PICAR proporciona un bloque de subvenciones de hasta US$40.000 para un sub proyecto designado por toda la comunidad, así como una subvención separada más pequeña para un proyecto liderado por las mujeres. Las comunidades tienen la oportunidad de unir estos proyectos como uno solo y se benefician de un conjunto más amplio de fondos. Lo que inicialmente descubrimos era que las asambleas comunitarias dominadas por hombres creaban presión social sobre los miembros de la comunidad femenina para fusionar los proyectos, incluso si las prioridades de la comunidad en general no se alineaban con las prioridades de las mujeres.
Para solucionar este problema, fortalecimos las directrices para la ejecución del proyecto. Las mujeres se reunirían, en primer lugar, antes de la Asamblea regular de la comunidad, para crear una lista de sus prioridades de financiación, tales como cercas para el ganado, mejoras en nutrición, recolección de agua de lluvia, etcétera. La comunidad y lo proyectos dirigidos a las mujeres sólo podrán fusionarse si la prioridad del grupo de mujeres se alinea con la prioridad de la Asamblea de la comunidad.
De esta manera, el PICAR ayuda a que las mujeres tengan oportunidades y se involucren en procesos de “aprender haciendo”. Ellas deciden, discuten y lideran el proyecto, actividades que tradicionalmente fueron realizadas por los hombres. De hecho, aproximadamente 300 de los 769 proyectos exitosos de PICAR son dirigidos por mujeres.
Las mujeres enfrentan muchos desafíos en las comunidades indígenas donde trabaja el proyecto, tradicionalmente dominadas por los hombres. Estas comunidades también son pobres y sufren por la falta de acceso a la educación, y estos problemas suelen ser más graves para las mujeres. En comparación con los hombres, menos mujeres pueden hablar español con fluidez, y se les hace más difícil hablar en público. Por lo que es impresionante ver a una mujer tomar el liderazgo y presentar su rendición de gastos en una Asamblea comunitaria, a pesar de la pobreza y las restricciones culturales.
Y los proyectos dirigidos por las mujeres tienen un impacto real en sus vidas. Visité una comunidad, donde una mujer con discapacidad y su familia debían recorrer 2,5 km desde su casa para sacar agua de un manantial. Cuando PICAR ayudó a la comunidad a construir sistemas de captación de agua de lluvia, su vida cambió 180 grados. Ella tenía acceso al agua durante varios meses al año y estaba orgullosa de su participación y el empoderamiento que vino con la selección de este proyecto.
P: ¿Cuál es su consejo para los jefes de proyectos, dentro del Banco Mundial, adaptando un enfoque CDD para cumplir con los desafíos que afectan a las personas indígenas y a las minorías étnicas?
R: Cuando se trabaja con las comunidades indígenas, el aspecto cultural es muy importante, y los jefes de proyectos deben usar las estructuras sociales existentes tanto como sea posibles. En muchas comunidades indígenas, los comunarios ya se reunían una vez al mes para hablar los temas importantes de la comunidad. El PICAR utiliza estas reuniones regulares de la comunidad en lugar de organizar reuniones especiales. El programa también integra a las autoridades tradicionales en las diferentes etapas de la intervención en lugar de sobrepasarlos, y se utiliza el idioma local en la planificación y ejecución de los sub proyectos. Mediante el uso de estas estructuras, PICAR no pasa a través de la comunidad como algo disruptivo o artificial y las comunidades se adaptan de una manera más natural al proyecto.
Aplicar una estrategia efectiva requiere que el equipo de trabajo evalúe lo que funciona y lo que no. Por ejemplo, PICAR ha incluido una estrategia de género ambiciosa que produjo frutos rápidamente. La forma en que las mujeres han participado en el proyecto es buenísima. Al empoderar a las mujeres, el proyecto ha llegado a algunos de los grupos más vulnerables de la población dentro de las zonas rurales. Sin embargo, no todo lo que encuentras de género en la literatura funciona. Opiné sobre lo que funcionó para nosotros en la implementación del PICAR en uno de mis blogs.
El proyecto también cuenta con filtros informales para evaluar la probabilidad de éxito en una determinada comunidad indígena. Desde mi experiencia, CDD trabaja bien en comunidades con al menos algún tejido social. Por el contrario, utilizar un enfoque CDD es difícil si una determinada comunidad tiene complicados conflictos pendientes o carece de experiencia (o de interés) en el abordaje de problemas desde una óptica colectiva. Así que el proyecto evalúa si las comunidades quieren comprometerse dentro de un enfoque participativo. Algunas formas en que PICAR hace esto es a través de líderes comunitarios que identifican los sitios de mayor necesidad entre una lista de las comunidades y también mediante las visitas de campo del personal del proyecto.