Crowd: multitud. Shipping: envío. Al juntarse las dos palabras, surge un concepto cada vez más conocido entre los que se interesan por transportes, logística y movilidad urbana. En el espíritu de la economía colaborativa, el crowdshipping propone utilizar ciudadanos comunes – a pie, en bicicleta o en el medio de transporte del que dispongan – para hacer entregas. Los empresarios y los consumidores simplemente necesitan registrarse en una aplicación para conectarse.
En todo el mundo, los servicios de crowdshipping están creciendo impulsados por el comercio en línea, que se prevé moverá 4 billones de dólares en 2020, según la empresa de investigación eMarketer. Con el crecimiento del comercio electrónico, aumenta la necesidad de sistemas de entrega el mismo día, y el crowdshipping puede complementar los repartos por camión con vehículos más ligeros y fáciles de maniobrar, ya que cada vez más ciudades tienen regulaciones que restringen los de mayor volumen.
“De la misma forma que estimulamos proyectos que permitan un mayor uso del transporte público y no motorizado, necesitamos también que los productos lleguen hasta las urbes. Por lo tanto, la logística urbana es una parte vital de las ciudades sostenibles”, explica la experta en Transportes Bianca Alves, del Banco Mundial.
El crowdshipping da a las empresas la promesa de ahorro – ya que no necesitan montar una estructura de transportes – y la posibilidad de una nueva fuente de ingresos para varias personas, pero también exige reglamentos para funcionar bien. En este video, expertos y usuarios discuten algunos aspectos que deben considerarse cuando se piensa en soluciones logísticas innovadoras para las ciudades del futuro.