Tras la Cumbre para la Tierra realizada en Río de Janeiro en 1992, un grupo de economistas especializados en medio ambiente del Banco Mundial empezaron a analizar maneras para medir la sostenibilidad. Les preocupaba el hecho que el producto interno bruto (PIB) no indicaba la situación de los activos naturales, como los bosques, el agua y los minerales, todos esenciales para generar crecimiento económico sostenible en muchos países ricos en recursos. Pensaron que era posible realizar sistemáticamente el seguimiento de los “activos” como los bosques y los minerales, de la misma manera que se hace con los activos producidos (p. ej., los edificios, las maquinarias, los caminos y los puentes). A esto lo denominaron “riqueza” para distinguirlo del “ingreso” registrado como PIB en la mayoría de los países.
Dos décadas después, El informe, titulado The Changing Wealth of Nations 2018 (La riqueza cambiante de las naciones 2018), abarca un conjunto de activos más amplio que constituye la riqueza de los países y utiliza una metodología reforzada. Aunque la motivación de hacer un seguimiento de los activos naturales sigue siendo fundamental, la publicación indica ahora que el desarrollo de largo plazo se refiere a la gestión de una cartera de activos naturales, activos producidos y capital humano.
En el libro se hace un seguimiento de la riqueza de 141 países entre 1995 y 2014 combinando capital natural (como bosques y minerales); capital humano (ingresos a lo largo de la vida de una persona), capital producido (edificios, infraestructura, etc.) y activos extranjeros netos. El capital humano se mide por primera vez y se han mejorado los cálculos del capital natural que incluye los bosques y la tierra agrícola, así como los combustibles fósiles y los minerales.
La buena noticia es que la riqueza general está aumentando. Los países de ingreso mediano acortan la brecha con los países de ingreso alto y ahora tienen una mayor participación en la riqueza. , en parte invirtiendo de manera prudente ganancias derivadas de los recursos naturales en sectores como el de infraestructura y educación. Sin embargo, no todo es positivo ya que el valor de los bosques productivos disminuyó y la riqueza per cápita se redujo o se estancó en más de dos docenas de países.
Tres conclusiones principales del informe:
A pesar del aumento de la riqueza del mundo, persisten las desigualdades
En los países de ingreso alto miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la riqueza per cápita es 52 veces mayor, medida a tipos de cambio de mercado, que la de los países de ingreso bajo.
En más de dos docenas de países la riqueza per cápita se redujo o se estancó. La disminución de la riqueza per cápita implica que pueden agotarse activos que son esenciales para generar futuros ingresos, un hecho que no siempre se ve reflejado en las cifras de crecimiento nacional del PIB. Esto incluyó varios países grandes de ingreso bajo, algunos países de Oriente Medio ricos en carbón y algunos países de ingreso alto miembros de la OCDE afectados por la crisis financiera de 2009.
Pero el alto aumento de la población en muchos países de ingreso bajo implica que, en esos países, la riqueza per cápita con frecuencia creció a un ritmo más lento que el promedio mundial. Esto es especialmente cierto en el caso de África al sur del Sahara, donde se ha avanzado poco en materia de riqueza per cápita desde 1995.
Es importante invertir en la gente
En el informe se indica que El capital humano se mide como el valor actual de los ingresos de una persona en lo que le resta de vida laboral, teniendo en cuenta la educación y las habilidades, así como la experiencia y la probabilidad de participar en la fuerza de trabajo en distintas edades. En el documento se presentan sólidos argumentos económicos para invertir en capital humano y así aumentar la riqueza y el crecimiento económico futuro.
Aprovechar el capital natural, pero no liquidarlo
En 10 de 24 de estos países, el capital natural representa más del 50 % de su riqueza, principalmente debido a la tierra agrícola y los bosques. El hecho que la proporción del capital natural en el total de la riqueza disminuya en los grupos de ingreso alto implica que los países no tienen que liquidar activos naturales para crecer. Al contrario, apunta a la necesidad de gestionar el capital natural y de esta manera aumentar su valor para las generaciones futuras. Esto se refleja en la composición de la riqueza de los países de ingreso alto, en los cuales el valor del capital natural es tres veces mayor que en los países de ingreso bajo.
Los países de ingreso bajo tienen la oportunidad de crecer, desarrollando sus recursos renovables como los bosques y la tierra gestionada de manera sostenible, que suelen representar una proporción mayor de sus activos. Los ingresos derivados de recursos no renovables, como los minerales y los combustibles fósiles, pueden ser usados para crear otros activos como infraestructura y capital humano, los cuales podrían seguir generando ingresos incluso después del agotamiento de los minerales.
El camino a seguir
Si bien con este libro se avanza en materia de contabilidad de la riqueza, en general se reconoce que el alcance y la escala de esta investigación podrían ampliarse mucho más. El siguiente paso en el ámbito del capital natural incluye analizar recursos no considerados en la actualidad debido a la falta de datos: el agua, los recursos pesqueros, las fuentes de energía renovables y varios servicios de ecosistemas fundamentales. El Banco Mundial está trabajando también en dos estudios de seguimiento basados en las estimaciones del capital humano. En el primero se examinará el costo de la desigualdad por razón de género a nivel mundial, y en el segundo se utilizarán los datos sobre capital humano para estudiar los beneficios, entre otros, de reducir el retraso del crecimiento, invertir en educación o eliminar la práctica del matrimonio infantil.
Se espera que la consideración del tema de la riqueza llegue a ser más común y ayudar a los países a equilibrar mejor su cartera de activos a fin de lograr un crecimiento sostenible a largo plazo y crear prosperidad.