DESAFÍO:
En las últimas décadas, muchos países africanos han conseguido importantes logros en materia de desarrollo, registrando un crecimiento anual promedio del 4,5 %, pero los mayores riesgos meteorológicos, hídricos y climáticos ponen en peligro estos avances. Desde 1970, África ha experimentado más de 2000 desastres naturales, y casi la mitad se produjo en los últimos 10 años. Durante ese tiempo, los desastres naturales afectaron a más de 460 millones de personas y causaron más de 880 000 muertos. Ante los crecientes riesgos relacionados con el clima, los países africanos deben aumentar de manera urgente las medidas de adaptación y resiliencia.
SOLUCIÓN:
Con este plan, incrementará el financiamiento destinado de manera directa a proyectos de adaptación al cambio climático hasta alcanzar los USD 50 000 millones en el periodo que va del ejercicio de 2021 al de 2025, impulsará un enfoque que involucra a todos los organismos gubernamentales y creará un nuevo sistema de calificación para incentivar las inversiones públicas y privadas en adaptación.
El Plan de Acción toma como base el nexo entre la adaptación y el desarrollo promoviendo medidas climáticamente inteligentes tempranas y eficaces que generen resultados de desarrollo positivos. Resulta más eficaz en función de los costos adoptar medidas tempranas y proactivas de adaptación y de desarrollo de la resiliencia que abordar los impactos una vez ya producidos.
Para aumentar la resiliencia de los pequeños agricultores a los fenómenos meteorológicos extremos, se puede usar la agricultura climáticamente inteligente, que incluye desde semillas mejoradas a agrosilvicultura. Diversificar la producción de alimentos y establecer mecanismos de protección social también puede incrementar la resiliencia socioeconómica de las poblaciones rurales de modo que sean menos vulnerables a las crisis. La tecnología agrícola podría asimismo afectar la manera en que los agricultores mitigan y se adaptan al cambio climático. Por ejemplo, las advertencias integradas sobre el clima y el mercado que usan la inteligencia de datos pueden ayudar a orientar las decisiones de los agricultores sobre qué cultivar, cuándo plantar y cosechar, cómo asignar su fuerza laboral y dónde vender sus productos, aumentando sus rendimientos e ingresos en un clima cambiante.
RESULTADOS:
- El Programa de Productividad Agrícola de África Occidental (i) ayudó a desarrollar variedades de cultivos básicos climáticamente inteligentes, como el arroz, el plátano y el maíz, y a aumentar la productividad y la resiliencia de más de 9 millones de personas y más de 4 millones de hectáreas de tierra. Además, contribuyó a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Los rendimientos e ingresos de los beneficiarios aumentaron un 30 % en promedio, (i) mejorando la seguridad alimentaria de aproximadamente 50 millones de personas en la región.
- El Programa de Gestión de las Zonas Costeras en África Occidental (i) del Grupo Banco Mundial proporciona a los países acceso a conocimientos técnicos y financiamiento para apoyar el desarrollo sostenible en las costas, sirviendo como punto de partida la gestión de la erosión costera y de las peligrosas inundaciones. El objetivo del programa es impulsar la transferencia de conocimientos, fomentar el diálogo de políticas entre los países y movilizar financiamiento adicional para hacer frente a la erosión costera, las inundaciones y la adaptación al cambio climático en las costas de África occidental.
- El Programa de Servicios Hidrometeorológicos en África (i) es una alianza de organizaciones de desarrollo (i) que trabajan para mejorar los servicios meteorológicos, hídricos y climáticos en toda África al sur del Sahara. Los servicios hidrometeorológicos entregan alertas tempranas en tiempo real y datos sobre el clima que son cruciales para la adaptación y el desarrollo resiliente. Durante su primera fase, el programa tiene previsto modernizar los servicios hidrometeorológicos en 15 países africanos y 4 centros climáticos regionales. Las inversiones del Banco Mundial en este sector, incluidos proyectos activos y en tramitación, suman aproximadamente USD 900 millones.
- El Programa de Seguro y Financiamiento de Riesgos de Desastre (DRFIP, por su siglas en inglés) (i) ayuda a los países a asegurar que sus ciudadanos estén protegidos financieramente en caso de un desastre. Mediante financiamiento y conocimientos, el DRFI apoya a los países en el desarrollo y la implementación de estrategias de protección financiera específicas que permiten a los Gobiernos nacionales y locales, los propietarios de viviendas, las empresas, los productores agrícolas y las poblaciones de bajos ingresos responder a los desastres de manera más rápida y resiliente.
- En Malawi, el Banco Mundial apoya un programa gubernamental para la gestión de la cuenca del río Shire (i) con el fin de mejorar la gestión del suelo y el agua en favor de los ecosistemas y los medios de subsistencia en dicha cuenca, el recurso natural más importante de Malawi. Casi medio millón de personas se beneficiaron directamente con la mejora de la gestión de los recursos hídricos.
- En Somalia, el Banco Mundial lleva a cabo un proyecto piloto sobre recursos hídricos en favor de los medios de subsistencia agropastorales (i) usando una donación de USD 2 millones del Fondo para la Construcción de los Estados y la Consolidación de la Paz para ayudar a finalizar la construcción de diques de arena en Somaliland y Puntland. Estas estructuras han permitido a más de 42 000 personas tener mejor acceso a agua para consumo humano y abrevaderos; iniciar o ampliar huertos pequeños; realizar actividades de agrosilvicultura, y destinar agua a otros usos asociados. Los nuevos puntos de suministro también proporcionan agua para 200 000 animales.
- El Banco Mundial, en alianza con la Comisión de la Unión Africana y la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África, organiza la Cumbre de Inversiones para la Resiliencia al Cambio Climático de África. Al convocar la participación de Gobiernos, planificadores, académicos, desarrolladores privados y proveedores de tecnología y servicios, los objetivos son compartir las mejores prácticas emergentes y promover la resiliencia para ayudar a la región a acelerar la acción climática.