El sector de energía sigue siendo uno de los ámbitos con menos igualdad de género, y los proyectos de energía geotérmica no son la excepción. La experiencia ha demostrado que cuando estos proyectos son inclusivos y se diseñan teniendo en cuenta las cuestiones de género, pueden brindar beneficios sociales y oportunidades económicas tanto a hombres como a mujeres, ayudar a mejorar la seguridad energética y conducir con éxito a una transición a energías limpias.
Tal como ocurre con otras infraestructuras de energía de gran envergadura, algunos de estos proyectos exponen a las comunidades locales a riesgos económicos, ambientales y sociales, muchos de los cuales pueden afectar a hombres y mujeres de manera diferente. Existen algunas iniciativas en curso para promover la igualdad de género en proyectos que se desarrollan en países como Kenya, Islandia y Nueva Zelandia, pero aún hace falta un esfuerzo sistemático para abordar las brechas de género en todos los planos.
Una parte del problema es la falta de datos desagregados por sexo y de documentación adecuada sobre los enfoques que han dado buenos resultados. Un nuevo informe, titulado Gender Equality in the Geothermal Energy Sector: Road to Sustainability (i) (Igualdad de género en el sector de la energía geotérmica: La ruta hacia la sostenibilidad), procura cambiar esa situación, describiendo los posibles riesgos y oportunidades para las mujeres, y dando ejemplos de la manera en que se han abordado con éxito las cuestiones de género en algunos proyectos geotérmicos en todo el mundo.
Identificación de los riesgos
Como primer paso, en el informe se resalta la importancia de determinar la forma en que los proyectos de energía geotérmica pueden afectar el medio ambiente y la salud de las personas, el uso de la tierra y los recursos naturales, así como los patrones de empleo, y de entender la manera en que los hombres y las mujeres se ven afectados por estos cambios.
Por ejemplo, los proyectos pueden estar emplazados en zonas donde existen problemas de tenencia y otorgamiento de títulos de propiedad de la tierra que desfavorezcan a las mujeres debido a las normas culturales o a obstáculos legales. Los terrenos y recursos geotérmicos también pueden tener una significación espiritual para las comunidades.
Abordar estas inquietudes puede resultar favorable, como lo demuestra la experiencia en Indonesia, donde Pertamina Geothermal Energy (PGE), el organismo de ejecución del Proyecto de Inversión en Energía Geotérmica Limpia, financiado por el Banco Mundial, estableció un marco de reasentamiento para reubicar las operaciones en el caso de que los propietarios no desearan vender sus tierras. Igualmente, PGE ha promovido la inclusión de mujeres en los comités de adquisición de tierras para darles la oportunidad de plantear sus inquietudes específicas.
Otro riesgo son los potenciales impactos ambientales y sanitarios de algunos proyectos, como la contaminación y la degradación. Por ejemplo, la contaminación de los recursos puede afectar de manera diferente a los hombres y a las mujeres. Si los recursos hídricos del lugar se ven afectados por las operaciones geotérmicas, las mujeres podrían verse obligadas a gastar sus ingresos en la compra de agua apta para el consumo o a caminar distancias más largas para abastecerse, lo cual puede exponerlas a diversos peligros. Además, la llegada de trabajadores de la construcción, en su mayoría hombres, a las comunidades locales podría aumentar el riesgo de violencia contra las mujeres y de trata de personas.
Los proyectos del sector geotérmico pueden afectar los medios de subsistencia y los patrones de empleo. Los datos empíricos sobre el empleo de mujeres en el sector son escasos, pero las evaluaciones cualitativas indican la existencia de grandes brechas de género. Las mujeres que siguen una carrera profesional en el campo de la energía geotérmica a menudo enfrentan diversos obstáculos, como expectativas sociales acerca de sus roles y habilidades, y la ausencia de un entorno laboral inclusivo.
LaGeo, la empresa estatal de energía de El Salvador, derribó estos obstáculos mediante la adopción de políticas progresivas en materia de contrataciones, capacitación y recursos humanos, y la creación de guarderías infantiles. Como resultado de estas medidas, en la actualidad las mujeres ocupan el 35 % de los puestos de trabajo en la empresa y representan el 32 % del personal contratado y capacitado a nivel local. Igualmente, en Islandia, la empresa Reykjavik Energy eliminó completamente las brechas de género abordando las diferencias salariales y estableciendo la flexibilidad de horario para quienes tienen personas a su cuidado.
Oportunidades para mejorar la igualdad de género
Sin duda, con el desarrollo de la energía geotérmica en los países han comenzado a surgir importantes lecciones.
En primer lugar, en el informe se señala la importancia crítica de la participación de las comunidades desde las etapas iniciales, pues de ello puede depender el éxito de un proyecto. Las investigaciones muestran que los promotores de proyectos que consideran a las comunidades como sus asociados y que están dispuestos a tomar decisiones en forma colaborativa tienen más probabilidades de generar confianza, minimizar los riesgos sociales y lograr resultados positivos. Por ejemplo, en la zona geotérmica de Olkaria, en Kenya, el haber entablado un diálogo con las mujeres, los hombres y los jóvenes de los poblados afectados por el proyecto ayudó a establecer una colaboración que resultó beneficiosa para todos.
En segundo lugar, desde un comienzo los promotores de proyectos pueden tomar medidas para abordar las disparidades por razones de género. Por ejemplo, pueden manifestar la intolerancia frente al acoso y la violencia de género mediante la modificación de las políticas de recursos humanos para incluir códigos de conducta y un mecanismo para la atención de denuncias.
Ethiopian Electric Utility (EEU) está avanzando en este frente con medidas contra el acoso sexual en el lugar de trabajo, mientras que Ethiopian Electric Power (EEP) lo hace mediante un mapeo de los factores de riesgo relacionados con el Proyecto de Desarrollo del Sector de Energía Geotérmica de ese país financiado por el Banco Mundial, como la posible llegada de mano de obra a las comunidades durante la ejecución del proyecto.
Para mejorar las oportunidades de las mujeres como empleadas en los proyectos, los promotores pueden fijar metas con respecto a la representación de mujeres en roles tanto técnicos como no técnicos a fin de mejorar sus oportunidades, como ocurrió en el Proyecto de Energía Eléctrica Geotérmica de Sarulla, en Indonesia, financiado por el Banco Asiático de Desarrollo. En lo que respecta a la mejora de las cualificaciones de las empleadas, el Programa de Capacitación en Geotermia de la Universidad de las Naciones Unidas ha sido fundamental para incrementar la participación de las mujeres en el desarrollo de esta fuente de energía.
Otras medidas pueden incluir el fomento de prácticas inclusivas en materia de adquisiciones, mediante un seguimiento del número de licitantes y adjudicatarios que son firmas encabezadas por mujeres, y el respaldo a empresas y pequeños negocios de propiedad mayoritaria de mujeres a fin de que puedan desarrollar las habilidades necesarias para preparar y presentar ofertas.
Entre otros factores que se deben considerar en estas intervenciones cabe mencionar la recopilación de datos para ayudar a orientar las decisiones y medir los progresos realizados en cerrar las brechas de género. A nivel comunitario se pueden recoger datos cualitativos sobre normas familiares y de los hogares, y durante el diseño de los proyectos se puede obtener información sobre las relaciones de la comunidad con los recursos geotérmicos superficiales.
Por ejemplo, en Kalinga (Filipinas), la falta de datos sobre las creencias y necesidades de las mujeres indígenas impidió el desarrollo de un proyecto de energía geotérmica en Uma occidental. Las mujeres denunciaron la falta de respeto de las creencias culturales relacionadas con dichos recursos y la pérdida de la centella asiática, un importante cultivo comercial para ellas. Pueden obtenerse datos cuantitativos mediante encuestas y a través de datos de recursos humanos que pueden proporcionar información sobre niveles de instrucción, número de mujeres empleadas y diferencias salariales.
La energía geotérmica es una fuente segura y no contaminante de calor y de electricidad. Unos 40 países de todo el mundo poseen considerables recursos geotérmicos que pueden ayudarlos a satisfacer sus necesidades energéticas. El empoderamiento de las mujeres en este sector no solo asegura el éxito de los propios proyectos, sino que además genera muchos beneficios sociales y económicos para todos.
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El informe Gender Equality in the Geothermal Energy Sector: Road to Sustainability (i) fue preparado por el Programa de Asistencia para la Gestión del Sector de la Energía (ESMAP), en colaboración con el Gobierno de Islandia y otras organizaciones. Incluye guías y materiales, casos de estudio seleccionados de todo el mundo y otros recursos para ayudar a los equipos a cargo de proyectos, Gobiernos y promotores a diseñar proyectos de energía geotérmica más equitativos. Haga clic aquí para ver el informe completo. (i)
