Hasta hace algunas semanas, los agricultores familiares de la Cooperativa de Jóvenes de Agua Fría, en Bahía (Brasil), desconocían los softwares de código abierto, que pueden ser modificados libremente. Tampoco habían oído hablar de blockchain, una especie de libro de contabilidad que mantiene, de forma pública, permanente y a prueba de manipulaciones, los registros de las transacciones en línea. Pero desde que descubrieron el potencial de estas tecnologías para expandir su negocio, se han convertido en entusiastas usuarios.
Estos jóvenes están entre los primeros grupos en utilizar una aplicación diseñada para facilitar la adquisición de bienes, servicios y obras por parte de asociaciones y cooperativas agrícolas familiares en los estados brasileños de Bahía y Río Grande del Norte. .
A través de la aplicación, disponible en Android y Apple Store, las firmas de los contratos se vuelven digitales, ahorrando tiempo y papel a compradores y proveedores. Las tecnologías de código abierto y blockchain proporcionan seguridad y auditabilidad para cada negocio que hagan los agricultores.
“Para nosotros, estas tecnologías son algo jamás visto. Incluso teníamos miedo de no poder trabajar con el sistema, pero es muy fácil y ya queremos usarlo para todo", dice Rafael Borges, presidente de la Cooperativa Juvenil de Agua Fría. A través del sistema, la organización ha comprado una computadora portátil, una impresora y un GPS, y está buscando equipos para criar pollos de corral.
Década de la Agricultura Familiar
Este cambio en la forma de hacer negocios ha sido posible debido a una asociación entre el Banco Mundial y los gobiernos de Bahía y Rio Grande do Norte y es parte de una transformación digital necesaria en el campo.
"", dice la experta en desarrollo rural del Banco Mundial, Fatima Amazonas, gerente de los proyectos Bahía Productiva y RN Sostenible, beneficiados por la nueva herramienta.
. Con los teléfonos móviles, internet, aplicaciones y otras herramientas, pueden obtener más acceso a los datos y tomar mejores decisiones, como se enfatiza en el informe Tecnologías de Información y Comunicación en la Agricultura, publicado en 2017 por la institución.