Las Naciones Unidas estiman que más de 4 mil millones de personas – más de la mitad de la población global – viven en centros urbanos.
A este contexto se le suman los retos de una subida de las temperaturas mundiales, que intensificará los riesgos de aumento de los niveles del mar, deslizamientos de tierra, sequías, huracanes y otros fenómenos cuyos desastres podrían llevar a 100 millones de personas a la pobreza extrema.
La buena noticia es que, con el conocimiento y la creatividad, los centros urbanos están encontrando formas de abordar problemas nuevos y viejos con menos pérdidas y una mayor capacidad de recuperación. En otras palabras, creando resiliencia.
Este fue uno de los temas principales de la reciente conferencia Catalizando Futuros Urbanos Sostenibles, promovida por la alcaldía de São Paulo, el Programa Ciudades Sostenibles y la Plataforma Global para Ciudades Sostenibles (GPSC), con apoyo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF en inglés).
En el intercambio de experiencias, en el que participaron representantes de cuatro continentes, estuvieron presentes tres temas, siempre teniendo en cuenta la resiliencia y la sostenibilidad:
- El cambio climático, un problema del que ningún alcalde o intendente podrá escapar.
- Más espacios verdes, como parques con árboles, aves, abejas y otras especies. Hoy, alrededor de un millón de especies animales y vegetales están en peligro de extinción, erosionando nuestros medios de vida compartidos, la capacidad de adaptación de la sociedad y la de la naturaleza para almacenar carbono.
- El manejo de los residuos sólidos. Sin una gestión adecuada, los ríos se desbordan y las sustancias nocivas contaminan el aire, entre otros daños. Con ella, se puede crear oportunidades para millones de personas, como las que trabajan en la cadena de reciclaje. ¡Entérate!
Listos para el cambio climático
Gran parte ocurre en áreas cercanas a peligros naturales, ríos y regiones costeras, y a través de asentamientos informales y no planificados. La falta de infraestructura y planificación del uso de la tierra exacerba los riesgos a los que están expuestos los residentes, especialmente con el cambio climático. Por lo tanto, varias ciudades ya están preparando sus planes de mitigación y adaptación. São Paulo, por ejemplo, espera lanzarlo en junio de 2020.
Recife, en Brasil, ya tiene un plan de cara a la celebración del 500 aniversario de la ciudad en 2037. Un tercio de la población local vive en zonas montañosas, lo que la expone a tragedias; y otro tercio está al nivel del mar, y por lo tanto conviven con las inundaciones.
"Hicimos un plan estratégico basado en un conjunto de planes urbanos y ambientales, con la participación de la sociedad civil y la población, proporcionando una serie de acciones de mitigación, resiliencia y adaptación a todas las consecuencias de la crisis climática", dijo el alcalde de Recife, Geraldo Júlio, en la conferencia.
En los países desarrollados, hay planes aún más ambiciosos. París se ha comprometido a ser una ciudad de cero emisiones para 2050 y ha establecido 500 medidas en varios sectores (construcción, transporte, energía, alimentación, etc.). Estas incluyen el objetivo de usar solo energía verde (biomasa, eólica y solar) y prohibir los automóviles diésel para 2024 y todos los automóviles a petróleo para 2030.