Falta de información
Las mujeres que terminan la escuela, en promedio, tienen menos hijos, son menos probables a casarse a temprana edad y a vivir en la pobreza. De acuerdo con Unicef, las niñas casadas o en pareja son más propensas a sufrir violencia física, sexual y psicológica. En América Latina y el Caribe, la tasa de matrimonio infantil y uniones tempranas es dos veces mayor entre las mujeres con menos años de escolaridad en comparación con las mujeres que terminaron la escuela secundaria (25% y 12%, respectivamente).
Diversas encuestas revelaron que, en zonas remotas de América Latina, las niñas no cuentan con información pertinente sobre la menstruación, acceso al saneamiento adecuado (en la región aún 106 millones de personas no cuentan con un baño digno en casa, la mayoría en zonas rurales) o a productos de gestión menstrual.
Por ejemplo, en las áreas rurales de Colombia, el 34,8% de las niñas encuestadas indicaron no saber nada sobre la menstruación antes de la menarquia (la primera menstruación), mientras que el 45% no sabe o no responde de dónde proviene el sangrado menstrual. En la Mosquitia, en Honduras, el 55% de las niñas consultadas reportaron no sentirse cómodas con ir a la escuela durante su menstruación. Y en la zona rural de Beni, Bolivia, las condiciones de los baños en sus escuelas (limpieza, disponibilidad de jabón, compresas, basureros y privacidad) generan restricciones para las niñas, tanto en sus comportamientos como en su asistencia escolar.
Las escuelas son muchas veces un lugar inadecuado para las niñas y jóvenes durante esta etapa, pero la falta de infraestructura es solo la punta del iceberg. Chris Bobel, autora del libro “El cuerpo gestionado: El desarrollo de niñas y la salud menstrual en el hemisferio sur” expresó en una reciente entrevista que más allá de los programas para mejorar la infraestructura y el acceso a productos de higiene menstrual, “la educación y la lucha contra el estigma deberían ser las principales prioridades.”
Justamente, una de las prioridades del Plan de Acción de Género de Unicef se trata específicamente de promover el acceso a información e insumos para la gestión menstrual.
Pero ¿qué se necesita para gozar de este derecho?
- Hablar de la menstruación en espacios seguros sobre qué significa, su relación con el embarazo y cómo manejarla bien.
- Romper el estigma en familias, comunidades y escuelas, permitiendo superar los tabúes y prejuicios.
- Asegurar el acceso a infraestructura de agua y saneamiento, así como a insumos y materiales de higiene para hacer posible una buena promoción de prevención en las escuelas.
- Mejorar las prácticas pedagógicas de las comunidades escolares para el abordaje integral de la salud sexual y reproductiva y la higiene menstrual, permitiendo adquirir y fortalecer habilidades para manejar la menstruación e higiene personal.
- Repartir de manera equitativa las responsabilidades vinculadas a la recogida de agua y prácticas de higiene general en familia y comunidades entre hombres y mujeres, niños y niñas. Que el cuidado de la higiene familiar y personal no sea solo responsabilidad de mujeres y niñas.