“Estos bosques son parte de nuestra historia y entorno. Vamos a seguir cuidándolos por generaciones, pues queremos más árboles que nos entreguen mayor humedad. Además, los bofedales son muy importantes para nuestros pueblos, pues ahí es donde se alimentan nuestros animales”, explica Vicente Mamani, ganadero Aymara y artesano de lana camélida, mientras planta llaretas y queñoas.
Tradicionalmente, arbustos y árboles nativos como queñoas y llaretas, han contribuido al modo de vida y desarrollo de los pueblos andinos. Les brindan energía para calefacción, soporte para sus viviendas, medicina y bienestar. Los bofedales, una especie de pradera con permanente humedad donde se desarrollan especies nativa de las alturas, son el entorno en el cual se encuentra la ganadería de camélidos, su principal fuente de alimentación.
Vicente conoce la importancia de proteger este delicado ecosistema. Él es uno de los 204 pobladores de las comunidades de Arica y Parinacota, quienes a más de 4600m.s.n.m. trabajan con expertos del Banco Mundial, la Corporación Nacional Forestal (CONAF), la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) y otros organismos estatales y regionales para hacer un uso sustentable de la tierra, a través de un aprovechamiento del agua en los bofedales, la reforestación de bosques de queñoa y el cuidado de la salud de los camélidos, para optimizar su producción y reducir el impacto del cambio climático en su diario vivir.
Las especies plantadas en este ecosistema son utilizadas como medicina tradicional, para elaborar forraje para animales, tintes para las lanas, entre otras aplicaciones. “La cosmovisión Aymara relaciona espiritualmente los bosques, bofedales y su ganado, con el sentido más profundo de su vida diaria. Entonces aquí estamos hablando de algo que va mucho más allá de la restauración física de un paisaje. Se trata de la restauración de una cultura en torno a la naturaleza”, afirma José Manuel Rebolledo, director ejecutivo de CONAF.
Stavros Papageorgiou, especialista senior del Banco Mundial en manejo de recursos naturales resalta que este proyecto ha sido un gran aprendizaje. “La acción coordinada y colaborativa de CONAF con el Ministerio de Agricultura y la CONADI nos ha permitido proponer a los propietarios un manejo integral de sus predios, partiendo de un diagnóstico inicial de sus necesidades, los desafíos que tienen frente al cambio climático y la desertificación, y finalmente ofrecerles una propuesta conjunta que pueda darles sostenibilidad y mejorar sus medios de vida”.
Vicente nos cuenta que quiere dejar hechas todas estas mejoras. “Para nosotros es una esperanza grande que todo lo que se conversó en este programa, hoy se es posible verlo en la realidad. Me gustaría que venga uno de mis sobrinos o hermanos y se enraíce acá, al igual como yo lo hago”.