Parada en el frontis de su casa de madera, Mao Tep, una madre de 31 años, saluda a su hija Luy Lykai de 4 años cuando regresa de sus clases.
"Gracias, querida", sonríe con las palmas juntas al responder a su hija que le dice: "¡Hola, mami! Ya volví de la escuela".
Tep y otras madres, incluidas abuelas y mujeres embarazadas, de la aldea de Rang Til en el distrito de Kandeng, provincia de Pursat, asistieron a un programa de formación parental para aprender cómo mejorar el aprendizaje, la higiene, la nutrición, la protección y el cuidado de sus hijos. Ella comprobó que su comportamiento cambió después de la capacitación. Ahora no amenaza a sus hijos para que hagan cosas o vayan a la escuela, sino que se preocupa de usar palabras bonitas, motivarlos e interactuar más con ellos.
“Todas las mañanas les enseñamos de qué manera lavarse la cara, cepillarse los dientes y tender su cama antes de vestirse para ir a la escuela", dijo Tep. “También respondemos la mayoría de sus preguntas que sabemos, por ejemplo, los colores, los animales o las aves que viven en nuestra aldea. Antes, los rechazábamos o, a veces, les gritábamos cuando hacían tantas preguntas. Se asustaban".
La capacitación brindada a Mao Tep y otros aldeanos forma parte del programa de ECCD basado en el hogar del Proyecto de ECCD para Aldeas Flotantes (i). Este proyecto cuenta con el apoyo del Fondo Japonés de Desarrollo Social, administrado por el Banco Mundial e implementado en Camboya por Save the Children, una organización no gubernamental internacional. Tiene como objetivo aumentar el acceso a mejores servicios de atención y desarrollo de la primera infancia a través de programas comunitarios y basados en el hogar para niños de entre 0 y 5 años, en particular para aquellos de entornos desfavorecidos, en las zonas seleccionadas.