El éxito de la Fundación Omacha se debe en parte a que trabaja con los habitantes locales, como Teherán, para cuidar los ríos y los bosques de la zona. Sin embargo, aún queda mucho por hacer.
Estas amenazas han empeorado debido a la falta de capacidad para hacer cumplir la ley, un alto nivel de pobreza y la información poco fiable y fragmentada sobre los territorios. En conjunto, estas realidades representan un gran obstáculo para que los encargados de tomar decisiones propongan planes y políticas sobre el uso sostenible del suelo.
Dos programas del Banco Mundial tienen como objetivo contribuir al desarrollo sostenible y la conservación de esta región, que se considera como una de las últimas fronteras agrícolas del mundo.
En mayo de 2019, Colombia inició (i) su Proyecto de Desarrollo Sostenible con Bajos Niveles de Emisión de Carbono en la región de la Orinoquía, con el apoyo de la Iniciativa sobre Paisajes Forestales Sostenibles (ISFL) del Fondo del Biocarbono (i). El proyecto es administrado por el Banco Mundial y recibe el respaldo de diversos Gobiernos donantes, entre ellos el Ministerio Federal de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear (BMU) de Alemania; la Iniciativa Internacional sobre el Clima y los Bosques (NICFI) de Noruega; la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE); el Departamento de Empresas, Energía y Estrategia Industrial (BEIS) y el Departamento de Asuntos Ambientales, Alimentarios y Rurales (DEFRA) del Reino Unido, y el Departamento de Estado de los Estados Unidos (DOS).
«La relación entre ecosistemas saludables y bosques saludables es indiscutible. Por ello un aspecto central del programa de la ISFL en Colombia es apoyar la protección de la biodiversidad ecológica crítica que se encuentra en paisajes en riesgo», dijo el gerente de la ISFL, Roy Parizat.
Es liderado por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en colaboración con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Departamento Nacional de Planeación y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales.
El Proyecto de Paisajes Sostenibles e Integrados en la Orinoquía, apoyado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), se implementa también en la Orinoquía para recopilar información sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos críticos de esta región colombiana. El proyecto se focaliza en mejorar la gestión en las actuales y futuras áreas protegidas, así como en apoyar la restauración ecológica y la transición hacia sistemas productivos más sostenibles. Se espera que esta labor tendrá un impacto positivo en la importante función de regulación del agua que desempeña la región.
Ambos programas procuran crear mejores condiciones para la conservación de la biodiversidad en la Orinoquía.
«Hay muchas cosas que se pueden enseñar a la gente», dijo Teherán. «Los animales son muy importantes, y se nos está agotando lo que tenemos. No queremos perder nuestra diversidad biológica, y si no la protegemos, desaparecerá».