Skip to Main Navigation
ARTÍCULO Mayo 28, 2020

En Afganistán, los trabajadores de la salud luchan contra la desinformación para frenar la COVID-19 (coronavirus)

Image

Trabajadores sanitarios del programa Focalización en los Ultrapobres (TUP) explican a una familia afgana del distrito de Surkh-Rod, provincia de Nangarhar, cómo protegerse del virus que causa la COVID-19.

Crédito de la foto: Banco Mundial


Lo más destacado:

  • En Afganistán, se ha ampliado un programa gubernamental de apoyo a los medios de subsistencia de las comunidades empobrecidas para luchar contra la desinformación y ayudar a frenar la propagación de la COVID-19.
  • En colaboración con los ancianos de la comunidad, los trabajadores sanitarios difunden mensajes de salud pública e información médica vital para la población.
  • Equipos del sector de salud y social también han animado a los habitantes de las aldeas a utilizar solo una vez los guantes de látex o las mascarillas desechables.

Distrito de Surkh-Rod, provincia de Nangarhar. Entre los residentes de la aldea de Qala-e-Naw, que se encuentra al oeste de la ciudad de Jalalabad, en el este de Afganistán, se desató el desasosiego cuando llegaron las primeras noticias sobre el coronavirus (COVID-19) y los estragos que podría causar en la salud de la población.

Muchos recurrieron a los antibióticos para prevenir la enfermedad, a pesar de su ineficacia frente a los virus.

Los antibióticos también eran el medio de defensa de Qamara, una madre de seis hijos, y de su familia, hasta que buscó el consejo de los trabajadores sanitarios y cambió de opinión. “Me dijeron que no tomara ningún medicamento sin receta médica”, afirmó.

La amenaza de la COVID-19 se cierne sobre Afganistán. Hasta el 17 de mayo, el país había confirmado oficialmente 2469 casos de la enfermedad desde que en febrero se registró el primero en la provincia de Herat. Pero la desinformación se ha extendido aún más rápido.

por no hablar de la electricidad, lo que dificulta la difusión de los avisos y mensajes de prevención frente a la COVID-19.

Las anécdotas y las pruebas infundadas sobre la pandemia circulan rápidamente entre las comunidades, sesgando las percepciones y dando lugar al incumplimiento de las instrucciones sanitarias y las directrices médicas.

Para sensibilizar sobre la pandemia y disipar los mitos sobre ella, los especialistas en salud del programa gubernamental de apoyo a los medios de subsistencia, Focalización en los Ultrapobres (TUP, por su sigla en inglés), han unido sus fuerzas a las de los ancianos influyentes de las comunidades de aldeas empobrecidas de tres distritos de la provincia de Nangarhar.


Image

La de Qamara es una de las más de 2000 familias beneficiarias de la provincia de Nangrahar que ahora tienen los conocimientos básicos sobre cómo protegerse del virus que causa la COVID-19, ya que el programa TUP, apoyado por el Banco Mundial, intervino para concienciar a la población.

Crédito de la foto: Banco Mundial


Najibullah, especialista en salud del programa TUP, se reunió con los ancianos de la comunidad de la aldea de Qala-e-Naw y les explicó cómo tomar medicamentos sin receta para la COVID-19 podría desencadenar efectos secundarios adversos. A través de esta colaboración, Najibullah y sus colegas lograron evitar que más residentes ingirieran antibióticos.

También explicaron las medidas de precaución recomendadas por el Ministerio de Salud Pública de Afganistán y la Organización Mundial de la Salud, como el distanciamiento social y el uso de mascarillas. Ahora, los mulás y otros líderes comunitarios difunden los mensajes de prevención entre los aldeanos en las reuniones de la comunidad y en las mezquitas, al tiempo que también ellos cumplen esas normas.

Entretanto, equipos del sector de salud y social han animado a los habitantes de las aldeas a utilizar sola una vez los guantes de látex o las mascarillas desechables. Los aldeanos están aprendiendo a hacer mascarillas reutilizables de tela lavable.

“Nos aconsejaron usar mascarillas y guantes y lavarnos las manos frecuentemente con agua y jabón”, dijo Qamara. “Hemos aprendido que si alguien se siente enfermo, debe quedarse en casa y contactar a un médico si sus síntomas empeoran. También hemos aprendido que la COVID-19 se propaga de una persona a otra, por lo que tenemos que usar una mascarilla y mantener una distancia de al menos un metro entre nosotros”.

Como parte del Proyecto de Acceso al Financiamiento en Afganistán (i) del Banco Mundial, el programa TUP tiene por objeto mejorar las condiciones económicas de las familias sin recursos mediante el apoyo a los medios de subsistencia. Su implementación está cargo de la Asociación de Asistencia Social para el Desarrollo de Afganistán (WADAN, por su sigla en inglés), una organización sin fines de lucro, a través del Mecanismo de Fomento a la Inversión en Microfinanzas para Afganistán (MISFA, por su sigla en inglés) (i) en los distritos de Behsood, Kama y Surkh-Rod, en la provincia de Nangarhar.

Image
Con el apoyo del Banco Mundial, el programa TUP ayuda a los hogares de seis provincias afganas a mejorar sus condiciones de vida. El programa llega actualmente a más de 7000 hogares. Crédito de la foto: Banco Mundial


Qamara forma parte de los más de 2000 beneficiarios del programa TUP en la provincia. En marzo pasado, recibió del programa una vaca y un ternero, así como información sobre higiene y cría de animales.

“Nuestras vidas están mejorando: ahora vendemos leche a las lecherías y a nuestros vecinos, y bebemos un poco nosotros mismos”, dijo. Recibimos [otros] consejos sobre salud que nos ayudan a mantener nuestra salud y la de nuestros hijos". Su esposo, Rahim Gul, se gana la vida vendiendo caña de azúcar.

Actualmente, se está expandiendo hacia las provincias de Nangarhar y Pawan con el objetivo de beneficiar a otros 5000 hogares.

Al igual que otros proyectos del Banco Mundial y del Fondo Fiduciario para la Reconstrucción de Afganistán (ARTF, por su sigla en inglés) (i), el programa TUP se ha ampliado para ayudar a limitar los brotes de COVID-19, difundir mensajes para salvar vidas y ayudar a las comunidades a hacer frente a las repercusiones sociales y económicas del virus. El Banco Mundial fue una de las primeras instituciones internacionales en ayudar al país en su lucha contra la pandemia de COVID-19. Hasta ahora, ha proporcionado al Gobierno USD 100,4 millones en apoyo de emergencia.



Api
Api