Un sólido sector de abastecimiento de agua y saneamiento (AAS) puede mejorar enormemente los medios de subsistencia de los habitantes de Etiopía, una nación de África oriental. Los beneficios son claros: desde agua potable más limpia y servicios de saneamiento adecuados hasta una mayor calidad del aire y del agua. Así pues, es fundamental mejorar y ampliar la gestión del agua, la sostenibilidad de los servicios y la resiliencia del sector de AAS del país.
Uno de los principales factores que contribuyen a la degradación de la calidad del agua en Etiopía es el agua residual generada por los seres humanos. Uno de cada cuatro etíopes cuenta con instalaciones sanitarias mejoradas y tan solo el 28 % de las aguas residuales del país se recolecta, trata y elimina correctamente o se reutiliza. “Aparte de Addis Abeba, la mayoría de nuestras ciudades carece de sistemas adecuados de gestión de aguas residuales o de gestión de lodo fecal...tenemos ríos que, en cierta medida, están contaminados,” señaló Ato Bahiru Woldemariam, director adjunto de Infraestructura de Saneamiento de la Comisión de Desarrollo de los Recursos Hídricos de Etiopía.
A pesar de estar situados a más de 12, 000 kilómetros de distancia, Colombia y Etiopía tienen varias similitudes, como el tamaño relativo de la población, la gran elevación de su ciudad capital, y desafíos y oportunidades similares en el sector del agua.
El intercambio de conocimientos sur-sur es una de las herramientas que utiliza el Banco Mundial para brindar apoyo a los países con el objeto de ayudarlos a determinar qué medidas son las más adecuadas para resolver los problemas y para diseñar e implementar soluciones sostenibles. Las partes interesadas del sector de AAS de Etiopía visitaron Bogotá en marzo de 2020 para reunirse con sus contrapartes colombianas, un encuentro que fue posible gracias al apoyo de la Alianza Mundial para la Seguridad Hídrica y el Saneamiento (GWSP) (i) y la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia (APC Colombia).
Históricamente, las descargas de aguas residuales y las escorrentías urbanas derivadas del vertido de desechos industriales y sólidos han contaminado la capital de Colombia y el río Bogotá, al punto que el río es prácticamente inservible para fines agrícolas, humanos o relacionados con el medio ambiente natural. Por otra parte, el río Bogotá se ha convertido en una fuente de contaminación, problemas sanitarios y degradación ambiental, que se agravaron aún más cuando los sedimentos contaminados y las lluvias torrenciales exacerbaron las grandes inundaciones de 2011.
Con apoyo del Banco Mundial, Colombia ha realizado inversiones para mejorar la situación en el marco del Proyecto de Adecuación Hidráulica y Recuperación Ambiental del Río Bogotá, que respalda la actualización y expansión de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales El Salitre, así como la creación de zonas multipropósito a lo largo del río Bogotá para fines de control de las inundaciones, restauración ambiental y recreación. Videos de los avances logrados en la planta El Salitre se pueden ver en esta página.
Durante el intercambio sur-sur se realizaron varias reuniones con la delegación etíope y las contrapartes colombianas, entre ellas la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca Área Metropolitana de Bogotá (CAR), que es la principal autoridad regulatoria en materia ambiental de la zona metropolitana de Bogotá y la entidad de ejecución del proyecto del río Bogotá. Asimismo, se llevaron a cabo visitas sobre el terreno al propio río, la Universidad de La Sabana, y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), que opera la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales El Salitre.
“Contamos con un plan maestro de saneamiento para la ciudad de Addis Abeba, y hemos terminado la mayor planta de tratamiento de aguas residuales del país (Kality). Además, estamos planificando la construcción de otras plantas de tratamiento en Addis, por lo cual esta es una gran oportunidad para conocer las plantas de tratamiento de Colombia desde la perspectiva de la gestión y la operación del proyecto, y desde el punto de vista de la sostenibilidad ambiental y social,” afirmó el ingeniero Zerihun Abate, gerente general de la Autoridad del Servicio de Agua y Alcantarillado de Addis Abeba (AAWSA) (i).
A través de la experiencia, la delegación etíope pudo constatar y aprender de primera mano los diversos desafíos que enfrentó Colombia en lo referente al diseño y la ejecución del proyecto, entre ellos la gestión ambiental y social y la coordinación entre la CAR y la EAAB.
“El punto en el que está hoy Etiopía es similar a la situación en la que se encontraba Colombia, y deseamos emular este ejemplo...podemos aprender mucho de las experiencias prácticas de Colombia, en particular respecto de la rehabilitación del río Bogotá,” afirmó Ato Seyoum Tola, de la AAWSA.
El instrumento que la Comisión de Desarrollo de los Recursos Hídricos y AAWSA están utilizando para abordar estos desafíos en Etiopía es el Segundo Proyecto de Abastecimiento de Agua y Saneamiento Urbanos (i) respaldado por el Banco Mundial. Este proyecto tiene por objetivo aumentar el acceso a servicios de abastecimiento de agua y saneamiento, mejorar la eficiencia operacional de las empresas de servicios públicos de saneamiento en Addis Abeba y en las ciudades secundarias seleccionadas del país, así como integrar y aplicar en forma experimental servicios de saneamiento inclusivo en toda la ciudad y otras soluciones innovadoras.
“El fallo de la Corte Suprema de Colombia que ordenaba incentivar la colaboración entre la CAR y la EEAB para solucionar los desafíos relacionados con el agua que afectaban a Bogotá fue necesario para lograr los resultados previstos...y este aspecto revestirá la misma importancia para las partes interesadas etíopes de cara al futuro,” señaló el ingeniero Woldemariam.
“Una de las cuestiones cruciales en Etiopía es que la mayoría de las industrias están situadas a orillas de los ríos, en los que descargan sus residuos, tanto los sólidos como las aguas residuales, en particular en el río Akaki. Una de las mayores cuencas fluviales de Etiopía es la cuenca del Awash, que se utiliza para numerosos propósitos y ha sufrido este tipo de prácticas de las fábricas,” afirmó Woldemariam. “Por lo tanto, hemos aprendido en términos generales que, si trabajamos en colaboración con distintos sectores, podemos mejorar nuestra situación en materia de saneamiento y rehabilitar nuestros ríos”.
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