"Pensamos que los árboles en pie no producen beneficios, pero tenemos que cambiar esa mentalidad. En el bosque hay mucha más rentabilidad que en el ganado, con la madera, las resinas, las semillas y el turismo. Yo vivo del bosque, ahí está el presente y el futuro” cuenta el Sr. Olmes Alonso Rodríguez, un agricultor miembro de la Asociación El Capricho en el departamento del Guaviare de Colombia. Como parte de una de las 373 familias del Caquetá y el Guaviare en la Amazonia colombiana que, en los últimos cinco años, han acordado incorporar prácticas de gestión y conservación de los bosques, el Sr. Rodríguez reconoce los beneficios que el bosque le proporciona a él y a su familia.
Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), en el primer trimestre de 2020, en el Caquetá y el Guaviare se presentó más del 30 por ciento de la deforestación del país. La infraestructura vial no planificada, la conversión de los bosques para el acaparamiento de tierras y las prácticas de ganadería extensiva no sostenibles son los principales impulsores de la deforestación en esta región. La deforestación amenaza la biodiversidad de la región y los medios de vida de las comunidades locales que dependen del ecosistema amazónico. Para mitigar los factores que impulsan la deforestación, se necesitan soluciones que se integren en el contexto social, económico y cultural de la región y que también eficazmente promuevan la participación de las comunidades ofreciendo opciones de medios de vida alternativos.
"Las comunidades son clave porque es su tierra la que está siendo deforestada, son ellas las que deciden qué hacer. Estamos interesados en que la gente tenga un cambio de actitud hacia la gestión de la tierra y las oportunidades que el bosque proporciona "
-Luz Marina Mantilla, Directora General del Instituto SINCHI
El proyecto Corazón de la Amazonia, que forma parte del Programa de Paisajes Sostenibles de la Amazonia, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y ejecutado entre el Ministerio del Medio Ambiente, el Instituto de Investigaciones Amazónicas SINCHI, Parques Nacionales Naturales de Colombia, el IDEAM, Corpoamazonia, CDA, Fondo del Patrimonio Natural, y con el apoyo del Banco Mundial, está trabajando para fortalecer la gobernanza forestal institucional y comunitaria, conservar los bosques y promover la ordenación y uso sostenible en la región.
Con el apoyo del proyecto, los campesinos han acordado conservar sus tierras como bosques en pie, se han comprometido a no deforestar, a restaurar las zonas degradadas, a desarrollar proyectos agroforestales y a promover el uso forestal sostenible. Estos compromisos se afirman a través de acuerdos voluntarios que proporcionan a los propietarios legales y de facto una serie de beneficios condicionados al desarrollo de medidas o resultados específicos de conservación. Al vincular directamente las prácticas sostenibles con un flujo de beneficios monetarios y no monetarios, la conservación se convierte en una opción económicamente atractiva.