¿Qué son los bonos para el desarrollo sostenible y en qué se diferencian de nuestros bonos verdes?
Son similares: todos los bonos del Banco Mundial movilizan fondos de inversionistas en los mercados de bonos para apoyar el financiamiento de proyectos en países en desarrollo. Con los bonos verdes transmitimos a los inversores el impacto positivo que tienen nuestros préstamos en proyectos de mitigación y adaptación al clima. Con los bonos para el desarrollo sostenible comunicamos el impacto positivo que tienen toda la gama de préstamos sectoriales y proyectos del Banco Mundial, todos los cuales, por cierto, también incorporan consideraciones climáticas. El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), lo que conocemos como “Banco Mundial” en los mercados de capitales, comenzó a emitir bonos verdes hace casi 15 años. La Asociación Internacional de Fomento (AIF) comenzó a emitir bonos en 2018 —hay más información disponible en el sitio web de la AIF (i)—, pero mis respuestas se centrarán en el BIRF dada su trayectoria más extensa.
Respondimos al creciente interés del mercado en el riesgo climático ofreciendo un bono que fuera sencillo y se adaptara a sus carteras. El primer bono verde que emitimos en 2008 (i) se convirtió en el estándar de un mercado que se centra en el aumento de la transparencia y las inversiones para fines específicos. Con los bonos verdes activamos el nexo entre los fondos obtenidos de los inversores y un monto equivalente de los préstamos del Banco destinados a diversos tipos de proyectos de mitigación —como la energía solar— y de adaptación —como la reforestación—. En este contexto, informamos regularmente a los inversionistas de los logros alcanzados por este financiamiento del Banco Mundial en las áreas de la mitigación del cambio climático y la adaptación a este. Algunos ejemplos de los datos que incluimos en esos informes son la cantidad de toneladas de carbono que se espera que los proyectos reduzcan o el número de árboles que se plantan como parte de un proyecto. La información que presentamos sobre los bonos para el desarrollo sostenible (i) es similar, pero destacamos todas las actividades del Banco Mundial en lugar de hacer una selección de ellas. Mostramos en qué forma los fondos obtenidos en los mercados de capitales apoyan el financiamiento de proyectos con objetivos ecológicos y sociales, e indicamos cómo se relacionan con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya que es eso lo que los inversores quieren saber.
¿Qué motivó al Banco Mundial a emitir bonos para el desarrollo sostenible?
Cuando empezamos a dialogar con los inversionistas sobre el cambio climático, la atención se centró en gran medida en lo que estamos haciendo en términos de proyectos de energía renovable y eficiencia energética. También incluimos datos y ejemplos sobre adaptación y resiliencia. Desde entonces, hemos seguido ampliando nuestra narrativa para incorporar todos los beneficios de la labor del Banco Mundial con los clientes. En 2015, líderes mundiales se reunieron para acordar los 17 ODS que abordan cuestiones como la pobreza, el hambre, la salud, la educación y la energía limpia asequible. Ese mismo año, los países adoptaron el Acuerdo de París sobre el cambio climático y, en 2016, el Grupo Banco Mundial dio a conocer un Plan de Acción sobre el Cambio Climático.
En el Plan de Acción sobre el Cambio Climático (PDF) del Grupo Banco Mundial se examinan todos los proyectos con el propósito de detectar en ellos los riesgos en materia de cambio climático y la atención se centra por igual en la mitigación y la adaptación para aumentar la resiliencia de las personas y las comunidades. Alrededor del 95 % de todos los proyectos del BIRF recibieron financiamiento climático en nuestro ejercicio de 2021. El aumento de la resiliencia se traduce en una mejora de las condiciones de vida de las personas: un acceso mejor y más consistente a la educación, la salud, el empleo, el agua, el saneamiento, los alimentos, la energía y otras metas de los ODS, restaurando o protegiendo al mismo tiempo el medio ambiente. Aunque los bonos verdes son un muy buen punto de partida para los inversores que se inician en la inversión sostenible, la mayoría de los grandes inversionistas institucionales que compran nuestros bonos están interesados en apoyar el financiamiento de actividades sostenibles en general.