¿Por qué el Grupo Banco Mundial introdujo un nuevo informe de diagnóstico para vincular el desarrollo y el cambio climático? ¿No son cuestiones diferentes que los países deben abordar por separado?
El cambio climático está profundamente vinculado con el desarrollo y el bienestar humano. Si no se controla, sus impactos podrían empujar a132 millones de personas a la pobreza (i) en los próximos 10 años. El cambio climático también interactúa con otras presiones sociales, económicas y ambientales —como se desprende ahora de la mayor frecuencia de fenómenos y desastres naturales extremos— lo que hace surgir varios riesgos combinados que pueden aumentar la vulnerabilidad, exacerbar los reclamos y profundizar la fragilidad preexistente. Y a pesar de ser los que menos contribuyen a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), los países en desarrollo son especialmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático.
Pero no solo el cambio climático representa una grave amenaza para el desarrollo sostenible, en el presente y en el futuro, ya que lo contrario también es válido: los países pueden lograr buenos resultados de desarrollo (i), por ejemplo, reduciendo la pobreza e impulsando el crecimiento sostenible, al tiempo que toman medidas sobre el clima. Sin embargo, para lograrlo se necesita una comprensión clara de qué intervenciones tendrán el mayor impacto, cuáles serán los costos, cuáles son las decisiones difíciles en materia de políticas que quizás son necesarias; y eso es lo que pretenden proporcionar los CCDR. El desarrollo es crucial también para enfrentar el cambio climático: los países tendrán que financiar inversiones y para ello el crecimiento económico es esencial.
Consideramos que la acción climática es fundamental para aliviar la pobreza e impulsar la prosperidad compartida de una manera sostenible, una misión que es central en el mandato de desarrollo del Grupo Banco Mundial. Esa forma de pensar se refleja en nuestro Plan de Acción sobre el Cambio Climático (PDF, en inglés) para el período 2021-25, en que se hace un esfuerzo concertado para ayudar a los países y los clientes del sector privado a abordar de manera conjunta los desafíos en materia de clima y desarrollo. Se parte de la premisa de que el clima y el desarrollo deben estar integrados (i), tanto para facilitar el éxito de la mitigación y la adaptación como para garantizar la sostenibilidad del desarrollo económico. Creemos que representa un cambio real de paradigma en el Grupo Banco Mundial para promover el desarrollo verde, resiliente e inclusivo (PDF, en inglés), incorporando el clima en nuestro ADN del desarrollo, por así decirlo.
Los nuevos informes sobre el clima y el desarrollo de los países (CCDR) tienen como objetivo lograr este enfoque integrado, vinculando el clima y el desarrollo. ¿Cómo lo harán?
Nuestro nuevo informe de diagnóstico —los informes sobre el clima y el desarrollo de los países—, tiene como objetivo ayudar a los países a comprender mejor el riesgo climático que enfrentan, así como a planificar cómo abordarlo, al mismo tiempo que logran sus objetivos de desarrollo.
Los CCDR parten de las propias prioridades de desarrollo y los compromisos climáticos de cada país para identificar las medidas más eficaces que los países pueden adoptar para avanzar en los objetivos climáticos y de desarrollo. Proporcionan una base analítica sólida y rigurosa a nivel de los países a partir de la cual considerar las vías para la transición resiliente y con bajos niveles de emisión de carbono. Se enfocan en las personas y las comunidades porque ellas determinarán el éxito y la sostenibilidad de cualquier política o transición centrada en el clima: por ejemplo, en ellos se evalúa cómo los riesgos climáticos afectan a las personas y las comunidades y de qué manera aumentar la resiliencia de estas. Son intencionalmente selectivos y no abarcan todos los aspectos de la acción climática, centrándose en lo que el Grupo Banco Mundial considera que son las áreas de intervención de mayor impacto en un determinado país.
Con esta sólida base analítica, los CCDR están en buena posición para contribuir al conocimiento público sobre las cuestiones relacionadas con el cambio climático, y pretendemos que ayuden a orientar, priorizar y secuenciar la acción climática. A medida que se elaboran, también buscamos relacionarnos con múltiples audiencias, incluidos Gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales, círculos académicos, el sector privado y asociados en la tarea del desarrollo. También pueden utilizarse para ayudar a los países a preparar e implementar sus propias metas climáticas: las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) y las estrategias a largo plazo (ELP).
Y en el Grupo Banco Mundial, se integran en nuestras herramientas de interacción de los países con los clientes: los diagnósticos sistemáticos de los países (i) y los marcos de alianza con los países (i), otros diagnósticos y, en última instancia, en nuestro financiamiento, aumentando así el impacto climático de nuestras intervenciones.
¿Cuál es el proceso de elaboración de un CCDR? ¿Qué tipos de datos y análisis se utilizan?
Los CCDR son un producto analítico básico del Grupo Banco Mundial que se prepara en estrecha colaboración con autoridades nacionales, el sector privado y el mundo académico, entre otros. Se espera que los CCDR se actualicen cada cinco años, para ayudar a subsanar las deficiencias de conocimientos a medida que nuestra comprensión evoluciona, y para mantenerlos al día.
A fin de proporcionar a los responsables de formular políticas recomendaciones confiables sobre diversas políticas relacionadas con el clima, el Grupo Banco Mundial utiliza un conjunto diverso y complementario de modelos, seleccionados en función del contexto del país, y que incluyen los riesgos climáticos y las fortalezas y oportunidades económicas locales. Los análisis abarcan desde la evaluación de los efectos agregados, sectoriales y de bienestar de las medidas de mitigación hasta la evaluación de las necesidades de adaptación específicas de cada país y la consideración de los impactos climáticos, entre ellos los efectos de fenómenos meteorológicos extremos.
Los principales indicadores incluyen resultados macroeconómicos y distributivos (PIB, consumo, pobreza, inflación, tipos de cambio, impactos fiscales, deuda); indicadores sectoriales (precios de la energía; producción del sector industrial, agrícola y de servicios) y cobeneficios (mejora de la salud y la productividad a partir de la reducción de la contaminación atmosférica, y aumentos de la eficiencia fiscal cuando los ingresos del impuesto sobre el carbono permiten eliminar un impuesto distorsionador).
Estos conocimientos se están compartiendo con los principales interlocutores, incluidos los responsables de formular políticas en el Gobierno, los socios del sector privado, los jóvenes y otros asociados de la sociedad civil.
También es importante considerar esto como un proceso iterativo: el proceso para elaborar los CCDR no es unidireccional, sino que contribuye a incorporar los conocimientos especializados sobre el clima en todas las áreas del Grupo Banco Mundial. Al integrar el análisis sobre el cambio climático y las políticas climáticas con los indicadores económicos y de desarrollo, también estamos desarrollando eficazmente nuestra propia capacidad como institución —los equipos de todas nuestras regiones están mejorando rápidamente sus habilidades— y aumentando aún más el impacto climático de nuestras operaciones.